Joseba VIVANCO
DESDE LA GRADA

En el Athletic no está quien quiere estar

El tiempo descubre la verdad» (Séneca). En junio de 2013, ha llovido mucho y salido el sol otras tantas veces, desde estas mismas páginas avanzábamos las intenciones del presidente rojiblanco Josu Urrutia y su mano derecha Aitor Larrazabal, de poner en marcha una `limpieza' en el organigrama de Lezama que pasaba por deshacerse de personal más o menos allegado al entonces director deportivo José Mari Amorrrotu -que el propio presidente trajo- o de formadores que de alguna manera no entraban en sus nuevos planes para con el trabajo de cantera. Aquella revelación truncó esos planes y el propio Urrutia los negó de manera pública, achacando a la información falta de «rigor y fundamento». En julio de 2014, un año después del `plan renove' avanzado por GARA, Unai Melgosa fue la primera víctima de las diferencias de criterio entre Larrazabal y Amorrortu sobre cómo enfocar el trabajo de cantera, y que ha terminado con el primero asumiendo desde hace tiempo la completa dirección de Lezama, en tanto el segundo ha sido relegado exclusivamente a la dirección deportiva del primer equipo. Pocos días después de que a Melgosa le abrieran la puerta, el mejor valor de Lezama los últimos años en materia formativa, Vicen Gómez, cuyas manos han moldeado a muchos de los actuales cachorros que mañana serán leones, dejaba también el Athletic por discrepancias con los nuevos derroteros que estaba -y está- tomando Lezama y aceptaba una oferta para hacerse cargo del filial y el juvenil del Dinamo de Kiev. Y ayer se certificó el finiquito del responsable de metedología de la cantera desde 2011, Edorta Murua -que llegó de la mano de Amorrortu- y de un joven técnico que llegó hace tres años a Lezama y llevaba dos dirigiendo al cadete de segundo año, Jonathan Cabanelas. Igual que Vicen Gómez han decidido irse, dejar Lezama, en ningun caso por motivos económicos, sino por razones que se pueden generalizar bajo el epígrafe de disconformidad con lo que están viendo en la cantera rojiblanca.

Los porqués, los del día a día, los que han ido minando el trabajo a pie de césped y despachos, ellos y quienes les han dejado marchar lo saben. Pero lo que resulta inevitable cuestionarse es cómo una Junta Directiva que ha hecho bandera de que en este Athletic está el que quiere estar, consiente o, lo que es peor, favorece, la marcha de acreditados formadores de cantera que nunca se habrían ido de Lezama ni habrían aceptado ofertas foráneas. Porque como en casa no se está en ningún sitio, y si esa casa es el Athletic, más. ¿O es que lo que es válido para los futbolistas del primer equipo no lo es para los formadores de esos futuros jugadores? Por eso inquieta lo que está sucediendo en las entrañas de Lezama y mucho más su futuro. Porque como alguien dijo, más que los medios, importan las ganas de aprender.