Joseba VIVANCO
Valverde ensaya con Iraola, Iturraspe y De Marcos

Incertidumbres rojiblancas

Tras ofrecer caras diferentes en los últimos tres partidos es una incógnita cuál será la propuesta futbolística del equipo ante el colista.

Hubo un tiempo no muy lejano, casi a la vuelta de la esquina, en el que uno sabía a lo que el Athletic jugaba, al menos, lo que iba a proponer sobre el césped. Con Joaquín Caparrós, uno sabía lo que podía esperar de los rojiblancos en casa, y lo que no podía esperar de ellos lejos de ella. Con Marcelo Bielsa, a las duras y a las maduras, en la primera campaña y en la segunda, cuando todo iba bien y cuando todo se torció, la propuesta futbolística siempre era la misma. No había trampa ni cartón, como no la hubo con el Athletic del primer curso de Ernesto Valverde, el cual más allá de su propuesta de juego más o menos vistosa y valiente, tenía una máxima y es que no se daba por vencido hasta el pitido final. Y eso le valió un buen saco de puntos. Pero a día de hoy, la cruda realidad es que nadie sabe a ciencia cierta a qué carta juega este equipo.

Tras mostrar una aceptable imagen y volver a salir derrotado frente al Atlético antes de los festines navideños, a todos se nos atragantó el turrón duro en A Coruña. El garabato mal trazado ante el Depor por los leones fue no la otra, sino una más de las versiones del Athletic esta temporada, y decimos otra más porque apenas dos días después, en Balaídos, mostró una cara diferente a las dos precedentes. Conclusión: nadie sabe cuál será la propuesta del equipo en el siguiente partido... y eso que llega el colista.

El propio Ernesto Valverde, algunas de cuyas comparecencias ante la prensa, sobre todo cuando vienen mal dadas, son para guardar en el archivo por la punta que saca a la situación, lo dijo no más alto pero si bien claro: el equipo, ahora mismo, no es «fiable», agregando aquello de que «tenemos que estar centrados porque si no vamos a sufrir este año».

Y en medio de esta indefinición llega el colista. «Estamos en una dinámica negativa y el domingo contra el Elche es una auténtica final», dejó caer el de Viandar de la Vera esta semana. Lo dicho, una final a estas alturas del curso y contra el último de la fila, inmerso además en serios problemas institucionales. Pero la realidad del Athletic es la que es. Más de uno recuerda estos días aquel sambenito que solían arrastrar los rojiblancos de `levanta muertos'. Por ahora, ante equipos de la parte más baja de la clasificación -Córdoba y Granada- las cosas se les han torcido, de ahí que ante los ilicitanos se asomen con muchas reservas. «Esta semana lo hemos recordado. Este tipo de partidos se nos han atragantado, sobre todo en casa, y tenemos que estar muy atentos porque es un partido muy importante. A pesar de que se trata del último no va a ser fácil», insistió ayer Xabi Etxeita.

No obstante, el Athletic no tiene excusa mañana. No ganar sería imperdonable, más allá de las prestaciones. Porque tan evidente como esa cuestionable fiabilidad es su pobre propuesta futbolística. Los puestos de descenso están a cinco puntos y eso sin hablar a la distancia que quedaría una Europa que debe ser el faro que guíe la temporada, aunque sea entre la niebla.

Posible once

Al equipo le queda el entrenamiento de esta tarde. Antes, Valverde ensayó ayer con un once de cara al encuentro del domingo en el que la principal novedad respecto al último choque, el de Copa del martes en Vigo, fue el regreso al centro del campo de Ander Iturraspe. El técnico diseñó un partido de una media hora de duración, once contra once, en el que alineó entre los teóricos titulares a Iraizoz en la portería, Iraola, Etxeita, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Rico; Susaeta, De Marcos, Muniain y Aduriz. Vamos, el once tipo, pero que pocas veces se repite por una u otra razón.

El que regresó a la disciplina del filial fue Iñaki Williams, en tanto Viguera y San José se ejercitaron al margen del grupo.

«Tengo que demostrar en cada partido cosas que no pude demostrar antes»

Si para un león este partido es especial ese es Xabi Etxeita. Su pasado ilicitano no lo olvida. «Me da pena porque al margen de que no se encuentran bien en lo deportivo también tienen problemas a nivel institucional y tengo muchos amigos que lo están pasando mal. Espero que a partir de la semana que viene empiecen a tirar hacia arriba», declaró ayer. El de Zornotza formará de nuevo en el eje de la zaga. Tras el «palo» de la lesión en Ucrania, ha vuelto con más ganas. Sabe, dijo, que «cuando juego, cada partido es muy importante porque he tenido que demostrar muchas cosas que aquí no pude demostrar. Para mí siempre ha estado caro jugar en cualquier sitio. Ahora que participo estoy más contento y tranquilo». J.V.