El líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, proclamó anoche el fin del «círculo vicioso de la austeridad» tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas anticipadas griegas. «Este mandato cierra el círculo vicioso de la austeridad, supone la cancelación de los memorándums de la austeridad y del desastre», afirmaba Tsipras ante miles de seguidores, concentrados en el centro de Atenas para celebrar la victoria de Syriza. Aseguró también que «la troika es cosa del pasado».

«Ni ruptura ni subyugación»

Tsipras expresó su disposición a negociar una solución «mutuamente aceptable» con los prestamistas internacionales y aseguró que «ni habrá una ruptura ni seguirá la subyugación».

En cuanto a los resultados electorales, el líder de Syriza destacó que «no hay ganadores ni perdedores». «Hoy ha sido derrotada la Grecia de las élites y los oligarcas», afirmó. Así se «pone fin a cinco años de humillaciones y dolor», aseguró.

El gran vencedor de la jornada electoral prometió «reformas radicales» que incluyan un plan para reactivar el crecimiento de Grecia. Por todo ello, «el pueblo griego ha pasado página»; «estamos recuperando nuestra dignidad, nuestra soberanía».

En clave europea, Tsipras afirmó que su victoria es también «la de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad que destroza nuestro futuro común».

El derrotado primer ministro griego, Antonis Samarás, reconoció su derrota y dijo que respeta la decisión del electorado. «El pueblo de Grecia ha hablado y todos respetamos su decisión. Tengo la conciencia tranquila», manifestó en una declaración transmitida por televisión.

Eso sí, «Nueva Democracia seguirá listo para jugar un rol decisivo en los futuros desarrollos, como garantes de la senda del país», dijo, adelantando las dificultades que presentará la derecha griega a cualquier avance a poco que Syriza se muestre dubitativa o torpe.

En cualquier caso, el líder conservador aseguró tener la «conciencia tranquila» por la labor de gobierno desarrollada. «Mi conciencia está limpia. Recibí un país que estaba casi destruido, una patata caliente. Mucha gente decía que no aguantaríamos, pero lo hicimos. Hemos sacado al país del déficit, de la recesión», afirmó.

El partido fascista Amanecer Dorado logró convertirse en la tercera fuerza política del país, pese a que la mayor parte de su dirección esta en la cárcel acusada de presuntas actividades criminales. Con el 62,21 % de los votos escrutados, lograba el 6,34 % de los sufragios y 17 escaños. Le seguía de cerca el partido centrista To Potami, con el 5,9 % de los votos y 16 escaños. Por detrás se sitúan los comunistas (KKE), con el 5,45 % y 15 escaños; los socialdemócratas del PASOK, con el 4,76 % y solo 13 escaños, los mismos que obtienen Griegos Independientes, con el 4,70 % de los votos.

En cuanto a la participación, y pese a que en Grecia el voto es obligatorio, se situó según los últimos datos en el 62,55 %.

Posibles socios de gobierno

El partido centrista To Potami, una de las revelaciones de las elecciones, ya ha ofrecido su colaboración a un futuro gobierno de Syriza. Su líder, Stavros Theodorakis, destacaba anoche la necesidad de evitar una nueva convocatoria electoral y que la formación de Tsipras necesita aliados. «Un país no puede cambiar con un partido con 151 diputados», argumentaba el centrista cuando los datos oficiales aún daban solo 149 diputados a los vencedores (en 151 escaños se sitúa la mayoría absoluta).

Otro posible socio parlamentario de Syriza sería el Partido Comunista Griego (KKE), que anoche se mostraba más crítico y destacaba a través de su líder, Dimitris Koutsoumbas, que los griegos expresaron ayer su ira y su «falsa esperanza» por el cambio. En ese sentido, aseguraba que Syriza «seguirá con las mismas políticas».

Otro partido minoritario, Griegos Independientes, ha descartado ya una colaboración con Syriza. Su líder, Panos Kammenos, asegura que Griegos Independientes es un «bien necesario para Grecia» y opinó que ahora se abre «un camino difícil, pero un camino griego».

Fuera del nuevo Parlamento griego se queda el partido político del exlíder de PASOK y antiguo primer ministro, Yorgos Papandreu, que no alcanza el 3 % necesario.