Aritz INTXUSTA IRUÑEA
Protestas en Nafarroa por la Hepatitis C

Finaliza el encierro en el hospital tras lograr que más gente reciba Sovaldi

Después de 13 jornadas atrincherados en el hospital y tras superar varios desalojos por parte de la Policía Foral, los enfermos de hepatitis C dieron por finalizada la protesta. La decisión se tomó tras otra reunión con la consejera de Salud, Marta Vera, a la que arrancaron un nuevo protocolo contra el virus, pero, sobre todo, después de contrastar que, durante las protestas, siete personas más van a recibir el nuevo antiviral (Sovaldi) capaz de curar la enfermedad.

«Nos encerramos cuando había un protocolo caduco para luchar contra la enfermedad y diciendo «no» a la gente que pedía los nuevos tratamientos. Hoy salimos con un nuevo documento y a la gente diciéndole que «sí»». Así de contundente se mostraba Antonio García, enfermo de hepatitis y presidente de Atehna, la asociación de transplantados por esta enfermedad. Ayer abandonaron su encierro de trece días en el hospital para pedir que se actualicen los medios de lucha contra el virus de la hepatitis C y tras constatar lo que por fin se están moviendo.

En estos días de protestas, al menos siete enfermos han recibido el aviso de que su solicitud para recibir el nuevo tratamiento ha sido tramitada y aceptada. Unos fueron informados en su consulta regular por el médico, otros se enteraron por una llamada que esperaban hace meses, como es el caso de Juan Jesús Zabalza Senosiain, a quien GARA entrevista en la página siguiente. Ha sido esta evidencia de que más gente está siendo tratada la que les ha movido a cesar en su protesta, aunque es una retirada «vigilante», hasta que se confirme que el cambio en la forma de actuar es real.

La movilización de los enfermos de hepatitis C ha sido impulsada por la aprobación del sofosubir (comercializado como Sovaldi, por la farmacéutica Gilead), un medicamento que en combinación con otros cura la enfermedad en un porcentaje de más del 90%, según varios estudios. El problema es que su receta está llegando con cuentagotas por su elevado coste, de más de 25.000 euros por tratamiento. O, al menos, el coste parece ser el único motivo -aunque nadie lo asuma de modo oficial- de que no se extienda la receta. Porque motivo médico, según los expertos, no hay.

Ayer, García no daba demasiada importancia al protocolo por escrito que han logrado que les entregue la consejera de Salud, Marta Vera. «Esto va a durar cuatro o cinco meses. En breve, van a aprobarse nuevos medicamentos aún mejores. Nosotros nos hemos movido porque hay gente que no podía esperar más», explicaba.

De hecho, la aprobación del uso del sofosubir también necesitó de movilización. «Fuimos al Parlamento nada más supimos de que se había autorizado su uso compasivo. Las autoridades navarras lo sabían, pero seguían sin aplicarlo», continúa el presidente de Atehna.

Una batalla detrás de otra

Permitir este «uso compasivo» significa que Sanidad admite que se trate con él a personas para las que ya no hay otra salida. Pero no es automático. Solo después de las protestas de los enfermos, se extendió el uso del sofosubir en Nafarroa para dos casos extremos: aquellos transplantados cuyo virus ataca con enorme voracidad el hígado nuevo y para personas que estaban en lista de espera con la esperanza de que llegaran al transplante habiendo vencido al virus. García es capaz de poner la cifra concreta de personas que recibieron el uso compasivo en Nafarroa. Fueron cuatro. Con todo, el presidente de Atehna no los conoce y no sabe qué resultado han tenido. «Eso sí, si no llegamos a ir al Parlamento, no se hubiera hecho nada. Eso lo tengo clarísimo», asegura.

García es consciente de que el precio del sofosubir bajará cuando compita con nuevos medicamentos. «Pero es que no sabemos cuánto puede esperar la gente. En cualquier momento les pueden decir que necesitan transplante o que les ha salido un tumor. Por ellos fue por los que peleamos», zanja.