Oihane LARRETXEA DONOSTIA
Elkarrizketa
Ainhoa INTXAURRANDIETA
GHKko presidentea

«La situación es la misma; lo peor hubiera sido no intentarlo»

El cambio de rumbo en la gestión y el tratamiento de residuos en Gipuzkoa ha marcado la agenda de GHK en los últimos cuatro años. Un trabajo intenso, según su presidenta, pero con resultados gratificantes, como las buenas cifras alcanzadas en esta materia gracias a la ciudadanía.

La sentencia favorable a Caixabank, Banesto (en la actualidad Banco Santander) y la consultora Price Waterhouse por la contratación durante la anterior legislatura de un producto financiero de riesgo denominado swap en el marco de la financiación de la incineradora de Zubieta ha vuelto a poner de actualidad a GHK. Desde el consorcio de residuos de Gipuzkoa, su presidenta, Ainhoa Intxaurrandieta, considera «lamentable» la decisión que ha tomado un juzgado de Donostia. Sin embargo, se felicita por haber intentado corregir las consecuencias de una gestión que «ha puesto el dinero público en manos de los bancos». Actualmente, la situación es idéntica a la que era antes de emprender las acciones judiciales.

Antes de entrar a valorar la sentencia, quisiera preguntarle por unas cifras. ¿Cuántas toneladas de residuos genera Gipuzkoa al año?

Cerramos el año 2014 con 172.000 toneladas de resto depositadas en los tres vertederos del territorio. En cuanto a residuos orgánicos, se separaron 25.000 toneladas y unos 132.000 de otras materias reciclables como papel y envases.

Estos resultados se han obtenido tras reforzar los sistemas selectivos pero, ¿cuál era la cantidad de residuos que preveían que recibiera la incineradora?

En 2010 el territorio produjo entre 213.000 y 223.000 toneladas de residuos, mientras que la planta estaba proyectada para quemar un total de 260.000.

Lo que ocurre es que ellos ponen siempre sobre la mesa el PIGRUG y el Documento de Progreso, donde se preveían unos porcentajes en las tasas de reciclaje entre 2015 y 2016 de un 60%. Si el año que viene alcanzamos esa cifra, tendremos para quemar muchas menos toneladas que hoy, porque estamos rozando una tasa de reciclaje del 43%. Por lo tanto, el proyecto sería un mayor sinsentido, si cabe.

Sigamos con las cifras. ¿A día de hoy, cuánto paga GHK cada mes a los bancos como consecuencia del swap?

Actualmente pagamos 670.000 euros al mes, pero esta cifra se verá incrementada hasta alcanzar los 800.000 euros de aquí a junio. En concepto de swap hemos desembolsado 12 millones de euros, y este contrato tiene vigencia hasta 2031. Faltan otros 16 años por pagar.

¿Cuánto pagan los guipuzcoanos por las tasas de basura?

Hay dos conceptos diferentes. Una cosa es lo que GHK cobra a los Ayuntamientos y mancomunidades por transportar y verter en los vertederos. Por ello abonan 144 euros por cada tonelada que gestiona el consorcio. Lo que ocurre es que, después, el gasto que tiene cada ayuntamiento (como el resto generado, la limpieza de las calles, la recogida de los residuos...) se le cobra al ciudadano una tasa que fija cada consistorio en base al déficit que puede asumir cada institución porque, normalmente, la tasa municipal no cubre los servicios, suele ser deficitario. Por ejemplo, un familia de Azkoitia paga 175 euros anuales, mientras que otra de Lezo paga 80. Depende de la voluntad y de la capacidad económica de cada Ayuntamiento.

Cambiando de tercio, ¿qué valoración hace GHK de la sentencia emitida por un juzgado de Donostia en el caso del swap?

Es lamentable. Hemos conocido otras muchas sentencias y hay jurisprudencia que precisamente da la razón a lo que nosotros hemos denunciado... No emprendimos el proceso judicial como una aventura, sino porque había jurisprudencia a nuestro favor y porque no era justo lo que estaba sucediendo. No hicieron bien algunas cosas y la afectada era la sociedad. Por eso acudimos a los tribunales.

Sabíamos a quién nos enfrentábamos, a unos bancos muy potentes, pero no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Es lamentable, porque en lugar de cuidar el dinero público, se mercadea con él. En cualquier caso, lo peor hubiera sido no haberlo intentado. Ahora estamos en la misma situación en la que nos encontrábamos antes de presentar la demanda. No ha cambiado nada.

Los abogados están estudiando la sentencia. ¿Prevén presentar un recurso?

Aún no hemos determinado nada, aunque la decisión es inminente. El plazo acaba el próximo 6 de febrero.

En su día, el Banco Europeo de inversiones (BEI) concedió un crédito al proyecto de Zubieta. ¿Qué es de ese dinero?

Ese crédito de 195 millones de euros para construir el Centro de Gestión de Residuos de Gipuzkoa (CGRG), donde estaba prevista la planta incineradora, está ahí, pero no podemos emplearlo, está como congelado. Es un crédito por el que estamos pagando 200.000 euros trimestrales por la disponibilidad del mismo, aunque expirará de forma automática en febrero, porque si a los cuatro años de firmar no se hace uso de lo concedido, este queda suspendido. Y así sucederá el mes que viene.

De todas formas, hemos estado y estamos en contacto con el BEI para acordar cómo dejar en suspenso ese acuerdo financiero firmado anteriormente, aunque aún no hemos cerrado nada. El año pasado nos reunimos varias veces, y en muy buena sintonía.

En caso de presentar otro proyecto, se debería pedir otro crédito, porque ese fue concedido para las anteriores infraestructuras. No obstante, no es este, el del BEI, el camino que estamos estudiando para lograr los créditos que financien nuestras infraestructuras.

¿Y cuál es?

Estamos en contacto con otros bancos. Estamos en ello. Al día siguiente de emitirse la sentencia del swap firmamos un crédito con una entidad alemana para financiar la planta de com- postaje de Epelde, en Bergara. Se prevé que esté en funcionamiento en mayo.

¿Existe la posibilidad de renegociar con Caixabank y Santander el crédito que suscribieron los anteriores gestores de GHK -y cuya letra pequeña escondía el swap-, para financiar un nuevo proyecto? Es decir, ya que la sentencia ordena seguir pagando los intereses se disponga o no del dinero, ¿es posible hacer uso de él en otro proyecto?

Ese es otro de los caminos posibles, y está abierto, pero aún no nos hemos sentado a hablar con ellos, y no lo haremos hasta decidir si recurrimos o no la reciente sentencia.

En cualquier caso, supongamos que logramos un nuevo crédito con estos bancos para nuestras infraestructuras, el swap seguiría estando ahí. Tenemos que pagarlo sí o sí, es un producto que nada tiene que ver con los préstamos.

¿No hay forma de quitarse de encima el swap?

No, tal y como ha dictado la sentencia, lo tenemos que pagar mes a mes, o poner de golpe en la mesa unos cuantos millones.

¿Cómo están actualmente los terrenos en los que estaba proyectada la planta de Zubieta?

Paralizados. Tras anunciar la suspensión de la incineradora pedimos a Lakua una prórroga de la Autorización Ambiental para poder introducir las modificaciones. Recordemos que, en Zubieta, además de la incineradora, también estaban proyectadas una planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB), una de escorias y otra de cenizas tóxicas. Cuatro plantas en total. Al final, por falta de espacio, solo se preveían las dos primeras. Nosotros aprovechamos el permiso de la TMB porque la vamos a construir, pero más exigente con el medioambiente.

La redacción del proyecto de la TMB ya está lista. De ello se ha encargado la empresa alemana HEC. Después se licitarán las obras, pero estamos a la espera de otro permiso ambiental de Lakua, que nos hizo volver a pedir el pasado mes de diciembre.

Cifras

«Gipuzkoa ronda el 43% de tasa de reciclaje. En 2014 generó 172.000 toneladas de resto, 25.000 toneladas de orgánico y 132.000 toneladas de materia reciclable como papel y envases»

«El fantasma de la incineradora está ahí porque creo que aún la persiguen»

Las reacciones tras la sentencia no se hicieron esperar...

Quienes mayor responsabilidad tienen por lo firmado con los bancos son los que más ruido están haciendo. Ellos condenaron al territorio a pagar cada mes lo que pagamos, hiciéramos o no las obras. Durante el juicio, el expresidente de GHK, Carlos Ormazabal reconoció, al igual que hizo el presidente de San Marcos, Denis Itxaso, en las JJGG, que la incineradora estaba sobredimensionada. La ingeniería belga IBH, cuyos servicios contrató el consorcio, dejó constancia de ello en 2010. Y a pesar de ello siguieron adelante.

Podemos estar o no de acuerdo en construir una incineradora, pero esta no se ajustaba a Gipuzkoa. Para adaptarla a las cantidades de residuos había que romper el contrato con la UTE porque la modificación era superior al 10%. No había opción de redimensionarlo bajo el paraguas del mismo contrato.

Denis Itxaso ha anunciado que solicitará al fiscal del TSJPV Juan Calparsoro que reabra diligencias para comprobar si existen responsabilidades penales.

En febrero del pasado año ya presté declaración frente a Calparsoro junto al diputado de Medio Ambiente de Gipuzkoa, Iñaki Errazkin, para explicarle cuál era la situación y el porqué de nuestra decisión. Cerró las diligencias informativas. Hoy estamos en las mismas y, por lo tanto, declararemos lo mismo. Es más, tenemos incluso más información: lo declarado públicamente durante el juicio por Ormazabal, y lo admitido por Itxaso en Juntas. Y aun así, somos nosotros quienes tenemos que dar explicaciones...

Las elecciones son en mayo y los resultados están por ver pero, ¿está presente el fantasma de la incineradora?

Estamos en las principales instituciones de Gipuzkoa, y llegamos para quedarnos. Creo que estamos haciendo las cosas bien, pero si lograran mayorías o tejieran alianzas, intuyo que no descartan construir una. Al menos han demostrado que aún persiguen la idea. O.L.