Cuando la deustuarra Yolanda González Martín fue secuestrada y muerta a tiros por los miembros de Fuerza Nueva Emilio Hellín Moro e Ignacio Abad Velázquez tan solo tenía 19 años. Su compromiso político le había llevado en Bilbo y posteriormente en Madrid a implicarse activamente en las luchas estudiantiles en los primeros compases de la década de los 80. Con aquella acción, la ultraderecha española trató de amilanar a quienes como la joven luchaban y lo siguen haciendo día a día por una sociedad más justa. No lo lograron.

El domingo se cumplen 35 años de que la militante del PST fuera secuestrada en su piso del barrio madrileño de Aluche y que posteriormente apareciese muerta, en una acción que reivindicó Emilio Hellín Moro para el Batallón Vasco Español. Hace dos años, el dolor y la rabia volvieron a embargar a la familia González Martín, además de a una parte importante de la sociedad, al conocer a través de una información periodística que ese ultraderechista trabajaba formando a agentes de cuerpos policiales y vendiendo material para escuchas. La impunidad de la que han disfrutado los autores de la muerte de la joven sobrecoge, como lo hace el visionado del documental de Isabel Rodríguez en torno a la figura de su amiga. ``Yolanda en el país de lxs estudiantes'' podrá verse el domingo, a las 22.00, en NAIZ.

En octubre, vecinos de Deustuibarra registraron una petición dirigida al alcalde de Bilbo, Ibon Areso, en la que le pidieron que la plazuela situada entre los números 57 y 59 de la calle Ribera de Deustua pasase a denominarse de manera oficial Yolanda González. La solicitud estaba avalada por distintos colectivos y 333 residentes. No hubo respuesta y eso que los promotores lo han intentado.

El domingo, a las 12.30, volverá a celebrarse un homenaje a Yolanda en la pequeña plaza que los vecinos quieren que lleve su nombre. Parece que el PNV se resiste por desgracia a que, en la futura isla de Zorrotzaurre, la memoria histórica tenga cabida.