Mirari ISASI

La solidaridad con el activista saharaui Hassanna Aalia queda patente en Bilbo

La solidaridad con el activista saharaui Hassanna Aalia salió ayer a las calles de Bilbo, donde cerca de dos mil personas exigieron al Gobierno español, al que consideran responsable de la situación en el Sáhara Occidental, que revoque su decisión y le conceda asilo político.

Cerca de dos mil personas hicieron ayer caso omiso a la adversa climatología para secundar la convocatoria realizada por decenas de organizaciones políticas, sindicales y sociales con el objetivo de reclamar al Gobierno español que dé protección internacional al activista saharaui Hassanna Aalia. Condenado en rebeldía a cadena perpetua por un tribunal marroquí por su participación en el campamento de protesta pacífico Gdeim Izik, Madrid le denegó el pasado día 19 el asilo político y le dio un plazo de quince días para salir del Estado español.

La marcha, encabezada por una pancarta con el lema «Hassanna Aalia. Asilo politikoa orain» y por la diáspora saharaui en Bizkaia, recorrió la distancia que separa las plazas Arriaga y Elíptica coreando, entre los «zaghareet» de júbilo de las mujeres saharauis, gritos de apoyo al activista sobre el que pende la amenaza de expulsión, de solidaridad con el Sáhara y el Frente Polisario y consignas que responsabilizaban al Ejecutivo español de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental y de la vulneración de derechos que esta conlleva.

Frente a la Subdelegación del Gobierno español en la capital vizcaina, custodiada ayer por agentes de la Ertzaintza, Aalia agradeció las muestras de apoyo y volvió a denunciar su situación, ya que cumple todos los requisitos para que su petición de asilo político sea aceptada. «Tengo todos los derechos para tener asilo político», dijo el activista, que ha sido juzgado dos veces por el mismo hecho -la segunda en un juicio militar que organismos internacionales calificaron de farsa-.

En caso de volver al Sáhara ocupado, Hassanna Aalia, residente ahora en Euskal Herria, además de enfrentarse a una cadena perpetua, corre el riesgo de ser torturado, como ya lo ha sido en anteriores ocasiones. Recordó la situación en las prisiones marroquíes, donde hay medio centenar de saharauis encarcelados «solo por luchar pacíficamente» por los derechos de su pueblo, y que «las vulneraciones de derechos humanos en la zona ocupada, son el pan de cada día». Así, mencionó la reciente muerte bajo tortura en Cárcel Negra de un preso común saharaui «solo por ser saharaui».

De vuelta en la plaza Arriaga, representantes de Disabi, la diáspora saharaui en Bizkaia, instaron a seguir movilizándose por Aalia y por los presos políticos saharauis, al tiempo que reclamaron paz y libertad para su pueblo y que «ningún otro saharaui se vea obligado a pedir asilo político en otro país».