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Llamadas a una tregua inmediata ante el aumento de los combates en Ucrania

La intensificación de los combates entre las fuerzas leales al Gobierno de Kiev y los separatistas del este de Ucrania por el control de la estratégica ciudad de Debaltsevo, llevó ayer al presidente francés, François Hollande, y a la canciller alemana, Angela Merkel, a pedir un alto el fuego inmediato tras el fracaso de las conversaciones en Minsk. En las últimas horas se registró la muerte de al menos 17 civiles y trece soldados gubernamentales.

Mientras la población civil huía de las bombas en Debaltsevo, una ciudad controlada aún por las fuerzas gubernamentales pero sobre la que los separatistas estrechan el cerco, François Hollande y Angela Merkel hablaban por teléfono con el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko. Los tres lamentaban el fracaso la víspera de las conversaciones en la capital bielorrusa, Minsk, y reclamaron un alto el fuego inmediato a las partes.

Lejos de frenar la escalada de violencia en el Donbass, el fracaso del diálogo no hizo sino intensificar los combates, y los reiterados llamamientos a un alto el fuego siguen cayendo en saco roto mientras ambas partes se responsabilizan mutuamente de la situación.

El enviado de Kiev, el expresidente Leonid Kutchma, denunció que los separatistas dieron un «ultimátum» y amenazaron con una «gran ofensiva», mientras la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, que media junto a Rusia, acusó a los rebeldes de querer «revisar» los acuerdos de paz firmados en setiembre en Minsk y reconocidos por la llamada comunidad internacional como base para la solución al conflicto.

Rusia, acusada de armar a los rebeldes y de desplegar tropas en la región, aunque niega toda implicación, reaccionó con cautela al señalar que «es demasiado pronto para evaluar el resultado de estas conversaciones».

Mientras tanto, en Donetsk y Lugansk la guerra se sigue cebando en la población civil y el número de víctimas es cada vez mayor. Las autoridades separatistas informaron de la muerte de al menos 17 civiles. Kiev, por su parte, rebajó a ocho ese número y cifró en trece los soldados fallecidos en las últimas horas.

Los enfrentamientos seguían siendo especialmente intensos en Debaltsevo, de donde las tropas ucranianas se resisten a replegarse. «No van a rodearnos ni a cortar la comunicación (...) La situación está bajo control», afirmó Volodimir Poliovi, un portavoz militar en la ciudad.

Pero los civiles siguen murieron también en otras ciudades. Es el caso de Donetsk. Ayer falleció un joven tras el impacto de un obús contra un muro cuando intentaba refugiarse. «Es así todos los días. La gente muere, dormimos vestidos para poder escondernos en el sótanos. Esto es insoportable», se lamentaba Nadezhda Petrovna, de 68 años.

Las bombas obligan a los residentes Debaltsevo a dejar sus casas

Residentes en Debaltsevo, plaza estratégica y el mayor foco de tensión estos últimos días entre separatistas y el Ejército de Kiev, se han visto obligados a abandonar sus hogares ante la grave situación humanitaria debido a los incesantes ataques que, además, se están cebando sobre la población civil. Llevaban al menos diez días sin agua ni electricidad, informó ayer Telesur.

En estas circunstancias, sin electricidad, calefacción y agua potable, los vecinos se ven obligados a preparar comida en plena calle en los escasos paréntesis entre bombardeos, durante los cuales se esconden en los sótanos de sus casas habilitados como refugios, informan medios locales, que agregan que la poca ayuda humanitaria que les llega por carretera en medio del fuego de artillería y de los disparos de las partes beligerantes aparentemente se está acabando.

En Debaltsevo, importante nudo ferroviario y punto estratégico por el que pasa una carretera que une Donetsk y Lugansk, las milicias separatistas han concentrado alrededor de 2.500 combatientes para intentar cercar a las tropas ucranianas.

Según Kiev, los prorrusos son apoyados por 35 tanques, 55 carros artillados, más de 50 piezas de artillería y 22 lanzaderas de misiles.

La caída de Debaltsevo en manos de las milicias les permitiría unir fuerzas y conformar una línea de frente continua, con lo que de hecho conseguirían retrotraer la situación a la de mediados de 2014, cuando comenzaba el conflicto en el este de Ucrania.

Según el mando de los separatistas, las tropas ucranianas ya han comenzado a replegarse con grandes bajas de Debaltsevo. GARA