Alberto PRADILLA MADRID
Reapertura de sumarios en la Audiencia Nacional

El juez consuma la venganza y envía a Olaiz a prisión por un caso archivado

El expreso vasco Jorge Olaiz fue encarcelado ayer apenas ocho meses después de recuperar la libertad. La aparición de un fantasmagórico testigo protegido que no había sido incluido en la causa durante 14 años sirvió para que el juez Ismael Moreno reabriese la causa sobre el supuesto intento de atentado contra el concejal de UPN Miguel Ángel Ruiz Langarica. Este testimonio sitúa al iruindarra en el lugar de los hechos, algo que su defensa califica de «montaje».

Jorge Olaiz, expreso vasco que abandonó la cárcel en mayo de 2014 fue ayer enviado de nuevo a prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional española Ismael Moreno. El magistrado consumaba así una operación de venganza en la que, además del togado, han participado de uno u otro modo el exedil de UPN Miguel Ángel Ruiz Langarica, Policía, Guardia Civil y un fantasmagórico testigo protegido que, tras permanecer mudo durante 14 años, aparece por sorpresa para apuntalar las tesis de los uniformados.

La fórmula para justificar el encarcelamiento de Olaiz fue la de imputarle por «tentativa de asesinato» del antiguo concejal, una causa por la que estuvo procesado y fue archivado por «falta de pruebas» hace doce años. Fue el propio fiscal el que le sacó de un caso por el que sí que fue condenado el iruindarra Iñaki Beaumont. El miércoles declararon ante Moreno los policías, Langarica y el testigo protegido. Ayer, Olaiz estaba citado en la Audiencia Nacional a las 7.30. Negó todas las imputaciones, tal y como ha hecho siempre que un juez le ha interrogado desde que fue arrestado en 2001, cuando denunció haber sufrido torturas en comisaría. No fue bastante para Moreno, que lo envió a Soto del Real.

Según consta en el auto de ocho páginas con el que el magistrado justificó la orden de encarcelacimiento, la investigación se reabrió en octubre de 2014, cuando Policía española y Guardia Civil recurrieron a un nuevo testigo que asegura haber visto con nitidez qué ocurrió el 24 de noviembre de 2000 y sitúa a Olaiz en las inmediaciones de la vivienda de Langarica. Se trata de una persona que no aparece en ninguna de las pesquisas que siguieron al arresto de Beaumont (que sí se produjo cerca de la casa del exedil), tampoco en el procedimiento ni en el archivo de la causa, ni durante el juicio.

Casi tres lustros mudo

No es hasta la excarcelación de Olaiz cuando este personaje anónimo se presenta para hacer memoria. Es decir, que alguien inexistente durante 14 años ha sido encontrado en menos de cinco meses y aporta el testimonio clave para Policía e instituto armado, que elaboran dos informes (fechados a 22 y 24 de octubre) en los que instan al magistrado a reabrir el caso.

El testigo protegido prestó testimonio el miércoles en la Audiencia. Según Karrera, «incurrió en múltiples contradicciones, cuando no falsedades», lo que le lleva a la abogada a pensar que «expresamente se han construido pruebas para situarlo (a Olaiz) en el lugar de los hechos». Cabe recordar que el propio Langarica aseguró, el mismo día en el que Olaiz fue excarcelado, que no pararía hasta volver a verle en prisión.

Si ya es poco habitual que se reabra un caso de esta manera, tampoco es explicable el hecho de que el juez haya optado por enviar a Olaiz a prisión. Pese a que el iruindarra se presentó al ser citado, el magistrado se aferra a su pasado como militante de ETA para considerar que podría tratar de escapar, razón por la que le encarcela. El juez no obvia que acudió voluntariamente a su despacho, pero apostilla que «no pueden dejarse de tomar en cuenta conductas anteriores (de hace 14 años, concretamente), pues tras la comisión de hechos delictivos se dio a la fuga hasta que posteriormente logró ser detenido». Tampoco toma en consideración el contexto actual, con la organización armada en cese definitivo desde hace tres años.

Concentración en Iruñea y denuncia frente al PP

El encarcelamiento de Jorge Olaiz provocó la rápida respuesta de los vecinos de Alde Zaharra de Iruñea, que se concentraron para expresar su solidaridad hacia el represaliado. En concreto, a las 19.00 tuvo lugar una asamblea informativa en Mercaderes en la que tomaron parte más de 250 personas. Posteriormente, los congregados se manifestaron hacia la sede del PP, ubicada en la avenida Carlos III, a escasos metros del Casco Viejo.

Poco antes de llegar fueron interceptados por una patrulla de antidisturbios de la Policía española, que les impidieron el paso. Tras permanecer un rato en el lugar pronunciando consignas contra la represión y reclamando la libertad de Olaiz, la protesta se disolvió. Además de la marcha de ayer, los vecinos de Alde Zaharra volverán a expresar hoy su apoyo a Olaiz y a sus familiares a través de una comparecencia pública ante los medios que tendrá lugar a las 12.00.

Quien ya había alertado del riesgo de una operación de venganza contra un expreso y ayer salió a denunciarla fue Sortu. La formación abertzale, a través de su portavoz Amaia Izko, denunció que el caso se haya reabierto «con un informe conjunto de la Policía Nacional y la Guardia Civil que reinterpreta las pruebas que ya existían y se valoraron por fiscal y juez cuando el asunto se archivó en 2002». «Aquí no se están utilizando razones jurídicas, aquí hay una razón política de peso: paralizar los procesos de cambio que se están dando con el fantasma de la criminalización y la represión», dijo. A.P.