El pasado lunes, la delegada general de Onkologikoa señaló que este instituto, situado en Donostia, es «un hospital sostenible, integrado como nunca en el sistema público y con un futuro prometedor»». Es más, Almudena Moreno, que hizo gala de la estabilidad financiera del centro, destacó que «ya no existe el argumento del déficit» para defender la integración plena del centro en Osakidetza.

Sin embargo, un informe al que ha tenido acceso GARA revela que, en noviembre de 2014, Onkologikoa, perteneciente a la Fundación Bancaria Kutxa, acumulaba un resultado neto negativo de 2,6 millones de euros. Una cifra que echa por tierra las declaraciones de la delegada y del director de la Obra Social de Kutxa, Carlos Ruiz, que ante los parlamentarios de Gasteiz negó la falta de recursos y defendió el concierto con el Departamento de Salud.

Salta a la vista que los 23,1 millones aportados en 2014 por el Gabinete jeltzale no fueron suficientes para cubrir los costes del instituto, que gastó un millón de euros más de la partida prevista en el convenio, tal como denunciaron los representantes de la Asociación Profesional de Facultativos de Onkologikoa en su comparecencia ante la Comisión de Salud y Consumo de la Cámara de Gasteiz.

Y parece que el dinero público tampoco será suficiente este curso, ya que el presupuesto de 2015 prevé un resultado neto de -3,2 millones de euros. Estas pérdidas se derivan de las amortizaciones y de los gastos financieros, que son superiores al resultado de explotación, previsto en 117.130 euros. Una cantidad que es positiva gracias a la aportación de la obra social que, según el presupuesto, invertirá más de 750.000 euros para subsanar parte de las pérdidas.

Aumentar los ingresos

Con el objetivo de revertir esta situación, el informe enumera ocho «palancas de eficiencia económica» que integran acciones dirigidas al incremento de los ingresos y a la reducción de los gastos. Entre las mismas destaca la optimización del concierto con Osakidetza, la captación de pacientes externos y la explotación de infraestructuras.

En lo que se refiere a la optimización del concierto, los responsables de Onkologikoa proponen avanzar en el proceso de integración funcional con el Hospital Donostia, incrementar los servicios prestados fuera de Gipuzkoa, transferir al sector público los ahorros de la farmacia de la Unidad de Terapias Avanzadas, y consolidar el compromiso del Departamento de Salud de considerar al instituto como un recurso de los servicios públicos sanitarios.

Asimismo, el informe recoge una batería de medidas encaminadas a incrementar la eficiencia de las infraestructuras y a aumentar el número de pacientes. Así, proponen ofertar prestaciones no oncológicas, además de alquilar espacios y utilizar «infraestructuras ociosas». Algo que, en la práctica, supondría acabar con el carácter monográfico del instituto.

Pero este cambio en la razón de ser del centro podría ser muy lucrativo para los responsables de Onkologikoa, que prevén aumentar sus ingresos en 1,2 millones de euros al año. Y ya han dado el primer paso en esa dirección con la creación de Logik, una marca que nace para «diferenciar y preservar la actividad oncológica pública, respecto de cualquier otra actividad».

Las propuestas de la dirección no han sido bien recibidas por los sindicatos, que temen que esta nueva marca pueda «desvirtuar» el carácter monográfico del centro y «poner en peligro la integración asistencial con Osakidetza, a la que deseamos llegar para dar la mejor cobertura y tratamiento integral a los pacientes con cáncer».

LAB y Apasgo (Asociación profesional de auxiliares, técnicos y personal de servicios generales de Onkologikoa) sospechan que la creación de Logik es el primer paso hacia la privatización. Una opinión compartida por la Asociación Profesional de Facultativos de Onkologikoa.