Juan Carlos ELORZA
BALONMANO División de Honor femenina

Garmendia se sentará en el banquillo de manera provisional

Tati Garmendia asumirá de manera provisional las funciones de entrenadora de Bera Bera, a la espera de que fructifiquen de manera positiva las gestiones para que Montse Puche -que ha mostrado una buena disposición desde el primer contacto- se haga cargo del equipo.

La actual responsable de la sección de balonmano de Bera Bera comparecía ayer en rueda de prensa para explicar las razones que motivaron la destitución de Aitor Etxaburu al frente del equipo, resumidas en varias frases: «Hemos advertido la necesidad de un cambio de rumbo de un equipo que no transmite como antes»; «no es solo cuestión de títulos o resultados, nos preocupa el futuro del proyecto, no solo el equipo de División de Honor»; «creo que en un futuro no entrábamos en sus planes [los de Etxaburu], y tampoco él en los nuestros»; «es el momento, no veíamos al equipo capacitado para afrontar el resto de la temporada, que no es ganar la Liga, sino poder disputarla».

A la vista de la trayectoria del equipo los últimos meses, la directiva entendía que el equipo no se encontraba en las mejores condiciones para un final de Liga que la propia Garmendia calificó como «terrible», por la entidad de los rivales a los que debe visitar de aquí al final de la competición, y la situación se producía en un contexto en el que el club apreciaba «falta de implicación» del entrenador en el proyecto del club, más allá de los resultados de esta campaña.

Garmendia apuntó que tras los primeros meses la evolución del trabajo del técnico eibartarra no se había producido en el sentido en que esperaban, en cuanto a la progresión del juego del equipo y sus jugadoras más jóvenes, y que ya se había producido un contacto en diciembre para incidir en este aspecto.

Tras el parón debido al Campeonato Europeo las primeras impresiones tampoco fueron positivas, y en la semana de la competición europea -recordaba Garmendia- empezó a coger cuerpo la posibilidad de que se produjera un relevo, debido al descontento del club con las expectativas creadas, y asumiendo que la directiva también tenía su cuota de responsabilidad.

Tati Garmendia quiso desligar la decisión de los resultados, a sabiendas de que los objetivos de revalidar los tres títulos esta temporada eran muy complicados y, aunque en la eliminatoria europea estimaba que se podía haber hecho algo más, apuntaba que en la Copa hubo opciones hasta el final, y que la Liga se mantiene al alcance. Pero también añadió que en las actuales condiciones no veían al equipo capacitado para afrontar el resto de la temporada, entendieron que el equipo puede dar más de sí, y han preferido dar el paso, «que puede parecer ilógico, porque quizá parecía más sencillo esperar al final de temporada», con la intención de iniciar un nuevo ciclo que vaya más allá del final de la Liga. Conscientes del riesgo que asumen con el cambio a estas alturas, han decidido dar el paso. «Igual sale mal pero... hay que tomar decisiones», apuntaba una directiva visiblemente afectada por la decisión, pero convencida al mismo tiempo de que era lo que había que hacer. «No veíamos al equipo como nos gustaría verle, con más alegría...». Garmendia señaló que también la propia plantilla se había mostrado más exigente y así se lo había hecho saber al entrenador, en demanda de una intensificación de las sesiones de entrenamiento.

Otro factor que ha podido pesar es la sensación de que la relación entre ambas partes no iba a durar más allá de mayo. A ello ha podido contribuir que en las últimas semanas se haya publicado en varios medios franceses el interés del Billère de Pau -club que milita en la Segunda División gala (actualmente es el 5º clasificado)-, cuyo presidente Christian Laffitte declaraba la semana pasada al diario -Sudouest- que el eibartarra es su primera opción para sustituir al actual entrenador Arnaud Villedieu, y que se encuentran a la espera de la convalidación de sus credenciales y títulos como entrenador por la Federación Francesa. «Y si es positiva, será Aitor Etxaburu», aseguraba.

Montse Puche, una jugadora con mayúsculas que se retiró en Donostia

Cuando Corteblanco Bidebieta llegó a la División de Honor femenina, hace 25 años, Montse Puche ya estaba allí. De hecho su equipo, el Getafe, fue el primer rival de las donostiarras en Bidebieta (en la 2ª jornada liguera). Las madrileñas ganaron 18-28, y Puche (20 años entonces) marcaba 12 goles. Solo otra jugadora en esa Liga le marcaría 12 tantos a las donostiarras, la lituana Ausra Zhukene Fridrikas, en su breve paso por el Hernani, que luego se convertiría en la jugadora que más veces ha ganado la Copa de Europa -ahora Champions League- junto a Bojana Popovic: seis cada una.

Puche casi repetía en la vuelta, 11 goles, aunque entonces la victoria fue para Corteblanco Bidebieta por 24-30. En los años siguientes se enfrentaría hasta en 30 ocasiones en la Liga a las donostiarras, y les marcó un total de 180 goles (además de 30 en la Copa). Solo la inalcanzable Natalia Morskova le supera en esta faceta (252 y 81).

Eran los inicios de una trayectoria estelar. Tras cinco temporadas en el Getafe, Cristina Mayo fichaba a la central madrileña para Mar Valencia, el club más poderoso de la historia de la División de Honor, donde jugaría 13 temporadas en dos etapas, en las que ganó una Copa de Europa (la única de un club femenino español), 9 Ligas y 6 Copas. Una temporada, la 1998-99, la jugó en Elda, donde contribuyó a la consecución del primer título liguero del equipo alicantino, antes de volver con Cristina Mayo. Tras una dilatada trayectoria, en la temporada 2007-08, la última de su carrera, fichó por Bera Bera, donde coincidió con una de las actuales jugadoras, Ziarsolo, que por entonces ya era uno de los pilares del equipo. En total, Puche estuvo 20 temporadas en la División de Honor, y probablemente sea la jugadora que encabeza el ranking en este apartado, aunque no hay estadística oficial que lo corrobore. Lo que sí sabemos es que Tati Garmendia, otra figura histórica de la Liga, que también estaba en la plantilla de 2007-08, se retiraba un par de años después con 19 campañas a sus espaldas. Tal para cual.

Solo dos jugadoras han sido más veces internacionales y han marcado más goles con la camiseta de España, ambas excompañeras en Valencia en algún momento de su carrera -como también Eider Rubio o Eli Pinedo-, la lateral canaria Marta Mangué y la pivote catalana Cristina Gómez.

Hace cuatro años, cuando «fichó» por el Comité Olímpico Español, se declaraba apasionada por verse algún día sentada en un banquillo «porque, pese a no tener experiencia, salvo en categorías inferiores, me ilusiona pensar que puedo aportar todo lo que he aprendido. En el fondo soy una `friki' del balonmano, veo todos los partidos que puedo, quiero seguir vinculada y activa. Desde que dejé de jugar, mi unión con el balonmano cambió radicalmente, ya que de verlo con la pasión desde dentro de la pista, ahora lo estudias y analizas aspectos en los que antes no prestabas tanta atención». La oportunidad ha tardado en llegarle, quizá debido a la crisis que ha asolado el balonmano, pero ahora puede aprovecharla. Un contrato laboral que finaliza en abril parece ser el único escollo que le separa del banquillo donostiarra, pero ambas partes están muy interesadas y se confía en un desenlace positivo. J.C.E.