Aunque «La leyenda del santuario» no es una película tan ambiciosa como la recién estrenada «Capitán Harlock», vuelve a suponer una clara muestra del enorme potencial del estudio japonés Toei en la animación CGI 3D. El espectáculo visual resulta una vez más apabullante, toda vez que ha sido pensado para celebrar el 40 aniversario de la carrera artística del autor de manga Masami Kurumada. De esta manera se actualiza para la gran pantalla su creación más popular, con evidentes avances visuales con respecto a las anteriores versiones televisivas de la serie «Los caballeros del zodiaco».

Para el público occidental no debería resultar extraña, y menos para quienes ya estén familiarizados con el anime japonés. No en vano sus personajes están inspirados en la mitología griega, así como el diseño de las armas y la iconografía en general, que se basan en la cultura helénica clásica.

En esta nueva entrega el mito preponderante es el de Atenea, más en concreto una reencarnación japonesa de esta diosa. Primero aparece en forma de recién nacida, que ha de ser salvada, y con ella el futuro de la tierra. Una vez a buen recaudo, será educada por un millonario para cumplir con su destino de recuperar el puesto que le corresponde, no ya en el Olimpo, sino en lo que aquí se denomina Santuario. La preparación de la joven corre pareja a la de los nuevos caballeros del zodiaco, cinco chicos de diferentes características que deberán protegerla de la amenaza de El Patriarca, quien la ha declarado impostora. Pero la razón oculta de la persecución reside en que Atenea, que entre los humanos es bautizada como Saori Kido, concentra una energía llamada Cosmos, necesaria para controlar el poder universal.

Aunque las luchas que desafían la gravedad han sido montadas de forma prodigiosa, con efectos digitales de última generación, pueden llegar a hacerse un tanto repetitivas para los espectadores que no hemos crecido pegados a la consola de los videojuegos.