Mikel INSAUSTI DONOSTIA

«Selma» descubre en David Oyelowo el vivo retrato de Martin Luther King

«Selma» ha ganado el Óscar a la Mejor Canción por «Glory», que interpretan John Legend y Common. Y, aunque es cierto que las canciones de gospel tienen su importancia en la película, la tiene mucho más la impresionante caracterización del actor afroamericano David Oyelowo como Martin Luther King, junto con la realización de su hermana de raza Ava DuVernay, que demuestra estar preparada para hacer grandes películas sobre la historia de la cultura negra en EEUU.

Después de ver «Glory», el que solo le hayan dado un Óscar a la Mejor Canción suena a maniobra evasiva. De repente este año se han acordado de los inmigrantes mexicanos en Hollywood, y se han olvidado de los hermanos de raza negra. Pero las cifras no mienten, y en la actualidad en los EEUU hay más afroamericanos encarcelados que esclavos había en el siglo XIX. Yo seré de otro planeta, pero creo sinceramente que David Oyelowo se merecía la estatuilla dorada por su memorable interpretación de Martin Luther King. Y, puestos a soñar, como decía el reverendo, me permito imaginar lo que hubiera sido Ava DuVernay subiendo a recoger la suya como la primera mujer cineasta afroamericana ganadora de un Óscar.

Por cierto, Ava DuVernay no ha salido de la nada, y ya recibió en el festival de Sundance el Premio a la Mejor Dirección por su anterior largometraje «Middle of Nowhere».

Bloody Sunday

Tal vez el consejo de ancianos de la Academia de Hollywood no haya premiado más a «Selma» porque no pretende ser uno de esos biopics al uso que tanto les gustan. La narración se centra en el Domingo Sangriento del 7 de marzo de 1965, cuando el movimiento no violento del reverendo King fue masacrado por la policía local de Selma (Alabama).

La carga policial es recreada al detalle con un rigor documental que hace la escena todavía más sobrecogedora, además de plenamente coincidente con las imágenes de archivo en blanco y negro que se muestran al final, y en las que me pareció reconocer al activista de Hollywood Harry Belafonte.

En realidad no falta nadie, porque el casting es más amplio y concienzudo que el de una película de Oliver Stone, que ya es decir. No solo están los colaboradores directos y familiares del reverendo King, junto con las víctimas mortales con nombre y apellidos, sino también los antagonistas blancos, incluido algún rival ideológico interno como lo podía ser Malcom X.

El seguimiento de los hechos y sus múltiples protagonistas es exhaustivo a la vez que muy esclarecedor, gracias a que la competente narración de Ava DuVernay simplifica su estructura a través de los informes policiales del FBI, encargados a Edgar J. Hoover por el presidente Lyndon B. Johnson. La tensión es así captada intensamente tanto en los despachos como en la calle, en un montaje en paralelo que nunca decae ni pierde el sentido último del emotivo protagonismo colectivo.