GARA
riad

Dimite el primer ministro libanés, que dice temer por su vida

El primer ministro libanés, Saad Hariri, anunció ayer por sorpresa en Riad su dimisión, acusó a Hizbulah y a su aliado Irán de ejercer un «dominio absoluto» sobre Líbano y dijo tener miedo a un atentado contra su vida. Teherán le acusó de querer desestabilizar la región.

«Anuncio mi dimisión del cargo de primer ministro», declaró Saad Hariri durante su segunda visita en cinco días a la capital saudí, Riad, alegando que teme por su vida y acusando a Hizbulah e Irán de viciar el clima político nacional e imponer una nueva realidad «por la fuerza de las armas».

La renuncia, totalmente inesperada y realizada a través de un discurso retransmitido por la cadena Al-Arabiya, llega cuando no se ha cumplido un año de su nombramiento al frente del Gobierno de unidad libanés, del que forma parte Hizbulah. Sus causas directas no están claras, pero la dimisión se produce en un contexto de tensiones en distintos escenarios entre las dos potencias regionales. Arabia Saudí, que apoya a Hariri, e Irán, aliado de Hizbulah.

«He sentido lo que se tramaba en las sombras para atacar mi vida», dijo Hariri, quien afirmó que Líbano vive una situación similar a la que había antes del atentado que costó la vida a su padre, el ex primer ministro Rafic Hariri, en 2005.

Según Al-Arabiya, las fuerzas de seguridad libanesas frustraron hace unos días un atentado contra Hariri, algo que la Inteligencia libanesa desmintió.

«Irán ejerce un control en el destino de los países de la región [...] Hizbulah es el brazo (armado) de Irán no sólo en Líbano, sino también en otros países árabes», denunció Hariri, quien acusó a Teherán de haber «creado discordia entre los hijos de un mismo país, creado un Estado dentro del Estado [...] hasta tener la última palabra en las cuestiones de Líbano».

En estas «últimas décadas Hizbulah impuso una situación de hechos consumados con la fuerza de las armas», añadió.

La guerra en Siria ha provocado aún más fracturas en Líbano, dividido entre detractores y partidarios de Al-Assad, a quien Hariri se opone fervientemente.

En su discurso, Hariri se dirigió directamente a Irán. «Quiero decirle a Irán y a sus sometidos que van a perder en su injerencia en las cuestiones de la nación árabe», manifestó.

Irán rechazó las acusaciones de injerencia y denunció que la renuncia de Hariri es parte de un plan, orquestado por EEUU y Arabia Saudí, para desestabilizar Oriente Medio. El portavoz de Exteriores, Bahram Qasemí, insistió en que Irán «siempre ha respetado la independencia y la estabilidad» de Líbano.

Hizbulah acusó a Riad de tratar de alejar a Líbano de Irán y alinearlo con sus posiciones.