Según las cifras publicadas por el Ministerio de Administración Interna, con el 98,98% de los votos ya escrutados, el PS de António Costa ha logrado un 36,65% de los votos, lo que se traduce en 106 escaños, a diez de la mayoría absoluta –116 escaños de un total de 230 que forman la Asamblea–.

La segunda fuerza es el Partido Social Demócrata (PSD), que se sitúa en el 27,90% de votos, mientras que el Bloque de Izquierda logra un 9,67% de votos.

Por detrás están la Coalición Democrática Unitaria (6,46%), el Centro Democrático y Social-Partido Popular (4,25%) y el ecologista Personas-Animales-Naturaleza (PAN, 3,28%).

La ultraderecha tendrá por primera vez representación parlamentaria desde el fin de la dictadura en 1974, de la mano del líder de Chega, André Ventura, que contra todo pronóstico ha logrado un escaño, por Lisboa, con apenas un 1,30% de los votos.

En cuanto a la participación, se sitúa en el 54,5%. Quedan cuatro escaños por repartir.

El dirigente socialista Pedro Nuno Santos ha destacado la «gran victoria del PS y de la izquierda», en lo que sería el primer guiño del PS necesario apoyo de la izquierda para investidura.

«Los últimos cuatro años han sido óptimos y los próximos van a ser aún mejores», ha asegurado Santos, ministro de Infraestructuras, ante el Hotel Altis de Lisboa, sede de seguimiento de los resultados electorales del PS.

«Un excelente negociador»

«Costa es un excelente negociador, una persona muy pragmática y un político nato que ha sido activista del Partido Socialista desde su adolescencia», subraya Marina Costa Lobo, analista de la Universidad de Lisboa, en declaraciones a AFP.

El presidente conservador portugués Marcelo Rebelo de Sousa, su antiguo profesor de la Facultad de Derecho en Lisboa, se burló una vez de su «optimismo crónico y un poco molesto». Costa, por su parte, reivindicó su «optimismo militante».

Nacido el 17 de julio de 1961 en Lisboa, Costa creció en los círculos intelectuales frecuentados por sus padres, la periodista Maria Antonia Palla, socialista, y el escritor comunista Orlando da Costa, descendiente de una gran familia de Goa.

A los 14 se involucró en la Juventud Socialista. En 1995, a los 34 años, fue nombrado secretario de Estado para Asuntos Parlamentarios, un puesto clave en el gobierno minoritario de Antonio Guterres, antes de convertirse en ministro de Justicia en 1999.

Después de un breve período en el Parlamento Europeo, regresó a su país en 2005 como ministro del Interior, pero dejó el gobierno después de dos años para disputar la alcaldía de Lisboa, donde consolidó su popularidad y carrera.

«Conmigo, los portugueses saben que no habrá ni radicalismos ni marcha atrás», declaró Costa el pasado viernes, junto a su ministro de Finanzas, el presidente del Eurogrupo Mario Centeno.

El país ahora registra su mejor crecimiento desde los años 2000 (3,5% en 2017 y 2,4% en 2018), mientras que el desempleo se ha reducido a los niveles anteriores a la crisis (6,4% en julio) y el déficit público se reducirá a 0,2% este año.

La estrategia de Costa –acelerar la supresión de medidas de austeridad aprovechando la situación favorable para seguir reduciendo el déficit– ha sido su mejor argumento electoral.