El Gobierno de Lakua ha ordenado al Ayuntamiento de Gasteiz que «acepte la mayor cantidad posible de la totalidad de los residuos industriales» generados en la provincia de Araba «con independencia de cuál fuera hasta la fecha el vertedero de destino de dichos residuos» por un periodo de un año, prorrogable.

El requerimiento lo ha realizado a través de una orden firmada ayer miércoles por el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, en la que se establecen «medidas temporales de urgencia» como consecuencia del derrumbe de Zaldibar.

Hace dos semanas, Medio Ambiente ya había hecho un requerimiento a todos los vertederos de la CAV (cuatro de ellos públicos y el resto privados) para que detallaran qué volumen de esos residuos podían acoger. La respuesta de los públicos fue esquiva, sobre todo en el caso de los dos de Bizkaia, cuyo uso rechazó la Diputación. En esa fase se expusieron opciones alternativas tan estrambóticas como mandar los residuos a Huelva.

Ante ese requerimiento, el Ayuntamiento de Gasteiz se mostró más receptivo y dijo que Gardelegi puede llegar a albergar «23.000 toneladas de residuos generados por empresas alavesas» que hasta ahora vertían en Zaldibar. Una cantidad que supone el 3% de la capacidad actual del vertedero municipal y un 23% más de lo que actualmente recibe la infraestructura municipal cada año.

La concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi, y el concejal de Planificación y Gestión Medioambiental, César Fernández de Landa, han sido los encargados de explicar este mandato a los grupos de la oposición en el seno de una reunión sobre el vertedero municipal celebrada este jueves en el Ayuntamiento.

Fuentes del Gobierno municipal han declinado hacer cualquier comentario al respecto, con lo que no queda claro si discrepan del mandato dirigido desde el departamento de Arriola.

Se desconoce igualmente por el momento si Medio Ambiente se ha dirigido en los mismos términos a otros vertederos públicos: los dos dependientes de la Diputación de Bizkaia (Jata y Artigas) y el de la Mancomunidad de San Marcos (Aizmendi). Más peculiar aún es la situación del de Epele, de la Mancomunidad de Debagoiena, puesto que no está cerrado técnicamente pero sí inactivo.

Para entender la dimensión del problema creado, cabe recordar que Zaldibar era el vertedero de la CAV que más residuos acogió en los últimos años, superando el medio millón de toneladas tanto en 2018 como en 2019. Confebask presionó a Lakua la pasada semana para que solucionara este tema cuanto antes y Medio Ambiente le replicó que los residuos deben ser gestionados por quienes los generan.