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Leyendas, leyendas, leyendas

Bilbao Legends Fest marca el inicio oficial de la temporada de grandes festivales en Euskal Herria, y qno suele defraudar a un público fiel, entregado en cuerpo y alma a una propuesta que, a diferencia de lo que sucede con otras, se centra exclusivamente en la calidad musical.

Samantha Fish abrió siete horas sin desperdicio. (Aritz Loiola | Foku)

Si bien es cierto que el cartel en esta ocasión no era a priori tan atractivo como el de ediciones anteriores, sí que mantiene el nivel con nombres como los de Lita Ford, Errobi o Blue Öyster Cult, entre otros.

Y es que, como decimos todos los años, para participar en esta fiesta, es importante entender el concepto de ‘leyenda’, un término que va más allá de la edad, que como se suele decir, no deja de ser un número.

Así que, para empezar, a primera hora de la tarde subía al escenario Samantha Fish, sin duda una leyenda presente, tal y como demostró en un concierto prácticamente perfecto, en el que se lució como guitarrista y como cantante, acompañada de una banda muy notable, entre los que, tal vez, destacaría el batería.

La de Kansas supo aprovechar con creces sus 50 minutos de actuación para ofrecer un auténtico catálogo de sonidos de raíces americanas. De esta manera, y tras iniciar el show con el inmortal ‘Kick out the jams’ de MC5, lo que ya suponía una auténtica declaración de intenciones, se mostró impecable en temazos como la empoderada ‘Paperdoll’, y también con sonidos más cercanos al pop como ‘Lose you’, o al blues clásico en la revisión que hizo del ‘I put a spell on you’ de Screamin’ Jay Hawkins, sin olvidarse de la base de su sonido, y donde más cómoda se siente, que es en el rock sureño, de temas como ‘Can ya handle the heat’, aunque sin dejar de lado su faceta rockera, sin ir más lejos en la rabiosa ‘Bulletproof’.

Los siguientes, esta vez en el escenario exterior, fueron otras leyendas, en este caso del rock más macarra de la margen izquierda de Bizkaia: unos Colajets que, a sabiendas de la limitación que tenían en los tiempos, supieron diseñar un repertorio incendiario, con el que consiguieron convencer a todos y todas las que nos acercamos a disfrutar de clásicos de la banda como ‘Marsie’, ‘Días de gloria’ o ‘Lencería de batalla’, que se mezclaban acertadamente con otros como ‘Psycho killer’ o ‘Mentiras’, pertenecientes a su último trabajo discográfico hasta el momento: ‘Cara o cruz’.

De vuelta de nuevo al escenario interior, nos esperaba otra LEYENDA, así en mayúsculas. Y es que Lita Ford es una auténtica joya de la historia del hard rock internacional. Con una carrera que comenzaba hace 50 años como parte fundamental de las grandiosas Runaways, y que se mantuvo en lo alto, sobre todo en los 80 y los primeros 90, poco tenía que demostrar.

Lita Ford, en acción. (Aritz Loiola | Foku)

Aun así, la británica dio un show más que digno, demostrando que aún le quedan muchas batallas que librar y que todavía tiene mucho que contar encima de un escenario. ‘Gotta go’ daba inicio a una hora de hard rock y heavy metal de muchos kilates, en la que Lita y los suyos dieron una lección de actitud rockera, siguiendo los dictados clásicos del género: un solo de guitarra por aquí, otro de batería, un falsete por allá… todo en su sitio, mientras uno a uno iban cayendo temazos propios y versiones como ‘The bitch is back’, ‘Playin’ with fire’, ‘Cherrybomb’, o ‘Can’t catch me’, seguramente la más pop del lote.

Y tras este chute de adrenalina ochentera, volvemos a salir al exterior para ver a las leyendas del Bilbao más canalla y experimental. Sonic Trash, una auténtica institución en el ambiente musical del botxo y que, como ya es habitual en ellos, dieron un auténtico bolazo. Y es que es importante destacar lo que molan este tipo de conciertos de formato reducido, en el que los artistas no pierden ni un segundo.

En este caso, los bilbainos empezaron asegurando con un clásico de su discografía como es ‘Hey chica’, y a partir de ahí ya no hubo un solo momento de descanso en un concierto sobresaliente, con un repertorio basado en sus últimos trabajos. Así, pudimos escuchar ‘Bilbao Speed city’ o ‘Acelerado’, de ‘King Kong Party’, ‘Serendipia’ o ‘Harma tiro Punk!’ del split que hicieron junto a Víctimas Club hace dos años, y tampoco se olvidaron de ‘Gure nights’, el sencillo que acaban de publicar hace un par de semanas, dedicado al Gure txoko, mítico garito de Alde Zaharra.

Con la alegría que dan los buenos momentos como este que acabábamos de vivir, nos encaminamos de nuevo al interior del pabellón para disfrutar de los grandes cabezas de cartel del día, y seguramente de esta edición del festival: Blue Öyster Cult, que en mi opinión, dieron uno de los mejores conciertos que hemos visto en el Legends desde que se celebra en Miribilla, con permiso del de Pretenders el año pasado, o el de Chris Isaak un año antes.

Conciertazo de Blue Öyster Cult. (Aritz Loiola | Foku)

Supongo que, como todo, eso es cuestión de gustos. Pero lo que sí es cierto es que los neoyorquinos se reivindicaron como los grandes músicos que son, demostrando ser mucho más que el ‘(Don’t fear) The reaper’ que los hizo inmortales. Porque sí, son eso, pero también son una banda de extraordinarios artistas, que se mueven como pez en el agua en cualquier registro, demostrando tener uno de los repertorios más solventes que se pueden escuchar sobre un escenario hoy en día.

Ya sea por el trepidante ritmo de la inicial ‘The red and the black’, por el rock and roll más clásico de ‘Before the kiss’, por los magníficos juegos a cuatro voces en ‘Golden age of leather’ o ‘Harvest moon’, por el pop psicodélico de ‘Burning for you’, por el hard rock de ‘Hot rails to hell’, por la épica de ‘Tainted blood’, o por lo divertida que es ‘Godzilla’. La cuestión es que son una banda que, sin duda, se gana con creces el estatus de Leyenda.

Y tras los más veteranos, en el escenario exterior nos topamos con los más jóvenes, con otras futuras leyendas como son Head Holes, probablemente el soplo de aire más esperanzador surgido en Bilbao en los últimos años. Una banda sobrada de actitud encima del escenario y que, además cuentan ya con un buen puñado de canciones propias repartidas en sus dos álbumes publicados hasta el momento: ‘Decade of decay’ y ‘Requiem’, que junto al EP ‘Funeral (for the hopeless)’ ya componen una más que interesante discografía para una banda tan joven. Punk rock, garage y mucha energía son los componentes esenciales de un grupo que, si todo sale como debe salir, tiene un futuro deslumbrante por delante.

Y para cerrar esta primera jornada, ¿qué mejor que hacerlo con otras leyendas? En este caso leyendas del rock estatal. Los madrileños Sex Museum volvieron a demostrar su estatus y su capacidad para seguir sorprendiendo después de más de 30 años de carrera impecable, con un concierto en el que, como ya es habitual cada vez que los vemos, salimos encantados y deslumbrados por otro de esos repertorios infalibles que manejan después de tanto tiempo al pie del cañón. Supervivientes  en el underground porque quieren y porque no les hace falta salir de ahí para ser una banda enorme.

Y así, exhaustos tras más de siete horas de buena música, es como se cerraba la primera jornada de esta edición, a la espera de lo que nos depare esta noche una segunda jornada en la que esperamos disfrutar tanto como hoy, con más leyendas pasadas, presentes y futuras.