Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Sicarivs: La noche y el silencio»

El asesino a sueldo dentro de la serie negra novelística

El guionista Javier Muñoz se pasa a la dirección en un prometedor debut, donde denota que ha aprendido el oficio junto al veterano artesano Josetxo San Mateo. Sale airoso en lo más difícil dentro del cine genérico hecho fuera de Hollywood, que es conseguir unas señas de identidad propias. Tanto la ambientación como el diseño del personaje central son creíbles, y no remiten en ningún momento a modelos importados. De tal manera que “Sicarivs: La noche y el silencio” se presenta como un thriller sobre un asesino a sueldo con un carácter y una personalidad diferenciales.

Aunque Javier Muñoz escribió el guion de su ópera prima tiempo atrás, acierta a incorporar a su narrativa criminal la coyuntura de la corrupción política en el Estado español. La simple idea de localizar una partida de cartas clandestina, con drogas y prostitutas, en un ayuntamiento donde se reúnen a altas horas de la madrugada autoridades municipales y empresarios de la construcción ya resulta de por si lo suficientemente elocuente.

Pero respecto a tan peculiar idiosincrasia la caracterización estelar de Víctor Clavijo es definitiva, en cuanto que le da a la figura del sicario un aire de tipo corriente, a fin de que el espectador entienda que dicha tipología existe, y que pasa desapercibida entre nosotros. Es sin duda su mejor actuación cinematográfica, y gracias a esta magnífica oportunidad exhibe por fin su verdadero potencial.

Lo que puede ser más discutible en la película es su tal vez excesivo poso literario. En Javier Muñoz pesa todavía más el guionista que el realizador, y se ha concentrado en una escritura cinematográfica de inspiración novelística en la serie negra. La voz en off del protagonista se hace omnipresente, al igual que los diálogos, y en especial los que tienen lugar sobre un escenario teatral en blanco y negro. Esos flash-backs del aprendiz que se enfrenta al maestro suenan algo impostados.