Arantxa MANTEROLA
BAIONA

Lorentxa Guimón y Urko Labaka ya están entre los suyos tras dejar la cárcel

Otros dos presos vascos dejaron atrás sendas cárceles en las últimas horas; la angeluarra Lorentxa Guimón ayer la de Rennes tras ser excarcelada por la enfermedad que sufre, y el altzatarra Urko Labaka anteayer la de Foncalent después de cumplir la condena de seis años.

Procedente de la ciudad bretona de Rennes donde se hallaba encarcelada, Lorentxa Guimón llegó a última hora de la tarde de ayer a su casa de Angelu. Lo hizo cinco días después de que el Juez de Aplicación de Penas de París rechazase el recurso interpuesto por el fiscal contra su libertad condicional y accediese a excarcelarla por la grave afección (enfermedad de Crohn en estado avanzado) que sufre.

Debido precisamente a su delicado estado de salud y por petición expresa de la familia, solo un grupo de amigos y familiares fueron a recibirla a las puertas del recinto penitenciario que abandonó hacia las 10.00 de la mañana.

El viaje de regreso a Euskal Herria lo realizó en coche acompañada de sus allegados y «muy contenta aunque cansada» según pudo saber este diario. Tampoco hubo un recibimiento público abierto cuando llegó a Angelu si bien el colectivo Bagoaz dio a conocer ayer mismo que organizarán un acto de bienvenida en fechas posteriores.

También en Altza

Por su parte, la asociación de familiares de presos vascos Etxerat anunció ayer que el vecino de Altza, Urko Labaka, también dejó atrás el lunes el centro penitenciario de Foncalent después de cumplir una condena de seis años.

Labaka fue detenido por primera vez en Donostia en diciembre de 2007 en una operación contra la juventud independentista y quedó en libertad bajo fianza un año y medio después. Se encontraba en busca y captura al no haberse presentado al juicio cuando fue detenido en marzo de 2011 en el Estado francés donde le condenaron a seis años en noviembre de 2014. Durante su estancia en la prisión de Lyon-Corbas fue objeto, junto a otro preso vasco, de una paliza por parte de los funcionarios en octubre de 2013.

Trasladado al Estado español después de cumplir la condena impuesta por la justicia francesa, el altzatarra finalizó el pasado lunes su periplo carcelario y quedó en libertad.