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París-Niza

Una tormenta de nieve obliga a suspender la primera etapa de montaña

Michael Matthews mantiene su liderato, después de que la organización tomarala decisión de parar la jornada tras 95 kilómetros, y a falta de cinco puertos.

La primera etapa de montaña de la París-Niza prometía un cambio sustancial en los primeros puestos de la clasificación general, pero se tuvieron que quedar todos con las ganas. Un temporal de nieve obligó a la organización de la carrera a suspender la etapa entre Cusset y Mont Bouilly, de 165,5 kilómetros, después de que el pelotón recorriera 95 kilómetros, y ascendiera dos de los siete puertos del día. El corredor de Orica Michael Matthews mantiene, por ende, el liderato de la prueba.

En un primer momento, los jueces intentaron salvar la jornada a partir de neutralizar la carrera, con la idea de retomarla 30 kilómetros más adelante, en el 125, en la localidad de Villié-Morgon. Los corredores subieron a los coches de equipo para el traslado hasta el citado punto. Pero finalmente, al ver que las condiciones meteorológicas seguían siendo realmente malas, se dio por finalizada la etapa. Anteriormente, estas malas condiciones provocaban que Vuillermoz (AG2R) sufriera una caída y se viera obligado a abandonar en el kilómetro 80.

«La carretera estaba muy resbaladiza y la seguridad ya no estaba garantizada. Lo sentimos mucho. Esto es la París-Niza. Prometemos que volveremos a Mont Brouilly. Es una lástima, pero los corredores comenzarán de nuevo a partir de Juliénas», confirmó Christian Prudhomme, director de ASO.

En el momento de la suspensión de la etapa, un quinteto formado por De Gendt (Lotto-Soudal), Gougeard (AG2R), Jesús Herrada (Movistar), Didier (BMC) y Lutsenko (Astana) lideraba la prueba, con una ventaja de 3.30 sobre el pelotón.

Retirada de Gilbert

Antes de que la meteorología adquiriese todo el protagonismo, la primera noticia de la jornada fue la retirada del valón de BMC Phillipe Gilbert, fruto de una infección respiratoria que su equipo prefirió no agravar, viendo el mal tiempo reinante.

«No hay que preocuparse demasiado por la condición de Phil. Sin embargo, el clima frío y la nieve que tuvimos en el prólogo y en las dos primeras etapas de la carrera no han hecho más que agravar su condición», precisaba el médico del BMC Dario Spinelli.

La cuarta etapa, entre Juliénas y Romans-sur-Isère, de 193,5 kilómetros, presenta un perfil «rompepiernas» de continuo subir y bajar, con el alto de Cote de Saint-Uze (2ª), a 20 kilómetros de la meta. Michael Matthews podrá seguir defendiendo su liderato una jornada más.