Jean Pierre Drucker se sumó ayer a la lista de corredores que han obtenido en esta Vuelta la mejor victoria de sus carreras al aprovechar el bajo nivel general de participación y la ausencia de los mejores sprinters para imponerse en Peñíscola en el sprint del gran pelotón.

El luxemburgués, de 30 años, solo había ganado en la carretera hasta ayer una etapa de la Flèche du Sud en 2010, la Ride London Classic en 2015 y una etapa en la Vuelta a Luxemburgo este año. Es un caso atípico en el pelotón porque fue especialista en el ciclocross, donde corrió en el Fidea desde 2004 hasta 2008. En 2009 y 2010 estuvo en el Diferdange Continental Team, entre 2011 y 2014 empezó a lograr buenos puestos con el Verendas-.Wanty y eso le permitió fichar por el BMC el año pasado.

Es uno de los tantos corredores que hasta ayer acumulaba muchos puestos de honor y muy pocas victorias, pero la ausencia de los mejores velocistas le ha dado en esta Vuelta una oportunidad que aprovechó en la meta de Peñíscola con la ayuda de Daniele Bennati. El italiano del Tinkoff, que ya ha fichado por Movistar, lanzó un fuerte ataque en los dos últimos kilómetros que desorganizó al Etixx y obligó a Meersman, el ganador en los dos primeros sprints, a lanzar la llegada desde demasiado lejos. Drucker lo aprovechó para adelantarle con facilidad e imponerse por delante de Selig, Arndt y Meersman. Loic Chetout, 18º, fue el mejor vasco.

Una etapa tranquila

Casi todo el interés de la etapa de ayer se limitó al sprint, porque después del gran espectáculo vivido en las dos jornadas anteriores camino del Aubisque y de Formigal llegó la calma a la carrera en la decimosexta etapa entre Alcañiz y Peñíscola.

La etapa siguió el guión lógico con una escapada con pocas posibilidades de llegar a la meta formada por Dillier (BMC), Bystrom (Katusha), Villella (Cannondale), Mario Costa (Lampre), Maté (Cofidis) y Morice (Direct Energie). Los equipos de los sprinters no dieron margen a la fuga porque eran conscientes de que la segunda mitad de la etapa era en descenso y apenas pudieron tener más de tres minutos. Los últimos supervivientes de la fuga fueron atrapados a once kilómetros de la meta.

Cuando la carrera llegó a la costa en Vinaroz, Tinkoff y Sky se pusieron en cabeza para intentar sorprender a Nairo Quintana, pero el colombiano y todo el equipo Movistar estuvieron muy atentos en cabeza del pelotón y salvaron sin problemas una de las etapas más tranquilas antes de empezar mañana la traca final de la Vuelta.

Jornada de descanso

Los corredores vivirán hoy su segunda jornada de descanso en Castellón, en la que los favoritos no deberán descuidarse porque la etapa de mañana presenta un final muy duro en Llucena-Mas de la Costa. Luego habrá una llegada en Gandía en la que los sprinters querrán aprovechar su penúltima oportunidad, el viernes llega la crono entre Xabia y Calpe y el sábado la última jornada de montaña en la sierra alicantina con final en Aitana.

Unas etapas en las que Nairo Quintana y Froome cambiarán el rol que hasta ahora han protagonizado. Si hasta el domingo era el colombiano el que tenía que intentar ganar tiempo, ahora es el inglés el que debe atacar.