Iratxe FRESNEDA
Profesora de Comunicación Audiovisual

Luis Goia

A pesar de lo complicado de los tiempos en los que vivió, a pesar de lo que le tocó vivir, fue uno de esos creyentes del cine en euskara. Fijó su mirada en la posibilidad de realizar cine en una lengua minorizada en “Tiempos de guerra” y asumió su tarea de forma familiar, pero firme y profesional. Su alianza junto a Antton Ezeiza en “Ke arteko egunak” generó secuencias que algunas cinéfilas archivamos en nuestras retinas, de esas que dejan huella. Puentes “ardiendo” y personajes ante la disyuntiva dentro-fuera. “Frío sol de invierno” y Pablo Malo seguramente contarán su propia historia sobre Luis Goia. Mientras, Koldo Izagirre habla de “Offeko maitasuna” y de proyectos desubicados para la economía española dentro del reportaje que Urtzi Urkizu y Lara Madinabeitia han realizado para Berria Telebista. Con el ánimo de rescatar a uno de esos personajes que crearon las bases de un cine que quedó atrás, pero que dejó abierto un camino por el que transitamos reinventándonos, Urkizu y Madinabeitia nos colocan ante la pantalla los testimonios de algunos de los que le rodearon. Luis Goia, uno de los fundadores de “Egin” y más tarde de “Euskaldunon Egunkaria”, nunca optó por proyectos fáciles. Quizá, como dijera Fellini sobre el oficio y su singularidad, este es un oficio «que se encuentra en el centro de una semioscuridad que hay que alumbrar», y Goia alumbró.