Alexandre Tharaud, maestro del piano francés, en la Quincena
La Quincena Musical acoge esta tarde al primero de los grandes solistas que pasarán por Donostia en esta edición. El pianista Alexandre Tharaud, que actuó por última vez en el festival en 2011, ofrecerá en el Victoria Eugenia un recital con música francesa, de la que es considerado uno de los mayores especialistas actuales. Junto a obras de Couperin, Chabrier, Satie y Debussy, abordará asimismo una de las grandes sonatas de la última época de Beethoven.

Una de las primeras escenas de la película “Amour” de Michael Haneke tiene lugar en el Teatro de los Campos Elíseos de París. En ella, filmada con el inconfudible toque voyeurista que imprime Haneke, el público va ocupando sus asientos para un recital de Alexandre Tharaud, que en la cinta hace de antiguo alumno de la profesora de piano protagonizada por Emmanuelle Riva. Esto fue en 2013, pero Tharaud ya era uno de los pianistas franceses más interesantes antes de que Haneke se fijara en él. Es, de hecho, un intérprete que ha logrado cambiar algunas tendencias dentro del purista mundo de la música clásica.
Tras graduarse en el Conservatorio Superior de Música de París, la carrera de Alexandre Tharaud (París, 1968) despegó al ganar en 1989 el Segundo Premio del ARD Music Competition de Múnich, uno de los concursos más prestigiosos de Europa. Pronto destacó como intérprete solista y de música de cámara, dedicando gran parte de su tiempo a la música francesa, de la que es considerado uno de los grandes especialistas actuales. Sus grabaciones con obras de Ravel y Satie han ganado los premios más prestigiosos de las revistas especializadas y, además del repertorio histórico, ha mostrado también un gran compromiso con los compositores vivos, encargando y estrenando numerosas obras de música contemporánea. Las artes visuales son otra de sus grandes pasiones, y en su página web alberga una extensa galería de fotografías artísticas tomadas durante sus viajes.
Antes de eso, Tharaud se hizo internacionalmente conocido gracias a su defensa de la música barroca francesa, repertorio que le trajo a la Quincena Musical por última vez. Él fue pionero, junto a Grigory Sokolov, en volver a tocar en público música barroca francesa al piano, en una época –finales de los noventa y principios del 2000– en la que los intérpretes de instrumentos originales monopolizaban el circuito de la música antigua. En medio de ese panorama, en 2002 Tharaud obtuvo un gran éxito con su CD dedicado a Jean-Philippe Rameau, con el que marcó el camino para que otros pianistas retomasen este repertorio que había sido delegado a los clavecinistas. Algo más tarde llegaría otro disco dedicado a François Couperin y, desde entonces, estos dos autores están presentes en casi todos sus recitales.
Música francesa
Será precisamente Couperin quien abra la actuación en el Victoria Eugenia con una selección de cinco piezas procedentes de sus libros para clavecín, breves piezas de carácter lúdico pero que destacan por su rica ornamentación, lo que constituye un gran reto a la hora de trasladarlas al piano. Seguirá una adaptación al piano del “Preludio a la siesta de un fauno” de Claude Debussy, una de las creaciones que inauguró el siglo XX musical en 1894. El arreglo, realizado por el propio Tharaud, recoge los sensuales colores e iridiscencias tímbricas de la versión sinfónica. Tras esta página, Tharaud abordará cuatro de las diez “Piezas pintorescas” de Emmanuel Chabrier, uno de los referentes del pianismo de Debussy.
La segunda parte del recital dará comienzo con la música de Erik Satie, que ha estado vinculada a la carrera de Tharaud desde sus inicios. Las “Gnossiennes” y “Gymnopedies”, repletas de armonías melancólicas y figuraciones repetitivas, darán paso por último a una de las grandes partituras pianísticas de la última época de Ludwig van Beethoven, la “Sonata para piano nº31 en la bemol mayor”. Finalizada en 1821, tras numerosos retrasos debido a las enfermedades que aquejaban al compositor, la sonata destaca por la delicadeza de su primer movimiento y el carácter doloroso, casi declamatorio del último.

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza

«Goonietarrak», 40 urte: bihotzeko ganbaran gordetako altxorra

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak
