Victor ESQUIROL
VERSIÓN ORIGINAL (Y DIGITAL)

El western que no lo fue

Una de las apuestas más fuertes del año pasado por parte del cine indie fue la que ahora mismo nos ocupa. Se trata de “Damsel”, una película que empezó su recorrido festivalero pisando fuerte, ahí donde otras muchas emitieron las primeras señales de vida en el radar de la cinefilia mundial. Sundance acogió con los brazos abiertos primero, y con aplausos después el nuevo trabajo de los hermanos Zellner, hijos predilectos de la cita de Park City.

Por desgracia, el soufflé empezó a desinflarse en la siguiente gran parada. Justo después llegó Berlín, y ahí la crítica no lo tuvo tan claro. Se enfriaron los ánimos y se retiraron los compradores. Total, que el asunto se saldó como con la mayoría de propuestas arriesgadas en este cobarde mundillo: con el olvido. Poco importó que en el reparto de dicho film figuraran como protagonistas dos actores tan de moda como Robert Pattinson y Mia Wasikowska, la propuesta quedó relegada a la exhibición minoritaria de algunos certámenes más (véase, por ejemplo, el Americana de Barcelona).

Por suerte, el VOD sigue con sus labores correctoras, y ahora, por fin, podemos decir que la anomalía ha dejado de existir. En Rakuten TV podemos disfrutar de este singular western. De una aventura romántica a través de un salvaje oeste tan alocado, que adquiere conciencia propia... siempre desde un punto de vista estrictamente cinematográfico, claro está. El caso, para entendernos, es que David y Nathan Zellner, inseparable dupla de directores y guionistas, nos recuerdan que a estas alturas, el invento de la posmodernidad está tan superado que, irremediablemente, se ha convertido en un chiste.

Y así mismo se comporta “Damsel”, como una parodia colosal. Como la –hiriente– caricatura de un sentimiento fundacional, tan exageradamente idealizado que no puede evitar partirse de la risa cada vez que se cruza con su propio reflejo. Así, el vaquero, el reverendo, el indio, el forajido y la damisela en apuros se comportan como los tópicos que tenemos en mente. Lo hacen, esto sí, en unos parajes silvestres; indomables. En un entorno que no conoce de concesiones.

Total, que el héroe de la función va a rescatar a su amada de las zarpas de un peligroso bandolero. Revólver en mano y guitarra a la espalda, se dispone a recorrer toda la geografía norteamericana. El hombre siente el llamamiento del deber, pero también de una aventura que le embarga el corazón de puro romanticismo. Los Zellner conjugan elementos que parece que solo nos puedan llevar a lo sublime, pero como ya se ha dicho, aquí solo hay espacio para la desmitificación.

Cuando el peligro acecha por primera vez, a todo el mundo se le cae la máscara, y el decorado luce todas las propiedades del cartón-piedra. Se superó la manía de las películas compuestas por otras películas. Ahora estamos en la era de las películas que intentan parecerse a otras películas... pero que fracasan estrepitosamente en el intento. Señal inequívoca de un pasado malinterpretado; de una herencia tan hinchada que a la fuerza nos tiene que aplastar. Y a reír.