Raimundo Fitero
DE REOJO

Cerco

El parlamento español de la madrileña calle de San Jerónimo se blindó policialmente para que unos electos inocentes pudieran recoger sus actas y volverse a prisión que es donde un Tribunal Supremo totalmente desmochado democráticamente los tiene a la espera de una sentencia que parece que está redactada ya, aunque el lunes, le puedan cambiar alguna coma y le dejen rebajados los humos vengativos y represores a ese juez militante de la derecha ultra. Hoy, ayer, mañana serán inocentes, pero como una fiscalía enloquecida de españolidad, un juez instructor que pide ahora sopitas porque ve su carrera truncada ya que no han ganado los suyos, les han colocado una acusación absolutamente desmesurada de rebelión, lo que les permite mantenerlos en prisión preventiva y aunque sean de nuevo cargos electos meterlos en el talego.

¿Esto del TS se puede considerar campaña electoral? ¿A favor de quién? Junqueras será elegido, otra vez, para Europa, pero no podrá ir por la misma razón. Puigdemont será elegido en el exilio y se plantean si tiene inmunidad para poder recoger su acta o será detenido y enchironado nada más pisar territorio del reino de España o podrá acreditarse en Europa directamente. Estas dudas tienen las jerarquías del poder español. Seguir haciendo el ridículo en Europa o bajar la tensión represiva con catalanes y vascos. Porque cuesta reconocer como algo democrático lo de los electos catalanes no juzgados, o sea, repito, inocentes, con vigilancia policial. Y son imágenes que recorrerán todos los informativos europeos. Y también del cerco policial a una institución donde dicen reside la soberanía popular o al menos la representación de esa ciudadanía. Unos entrando en caballo fascista y otros en prisión por acciones democráticas tomadas en otro parlamento. Algo no cuadra.