Jornada negativa para el Ibex, que sufría un duro batacazo por la tarde que le llevó a perder los 7.000 puntos al cierre de setiembre. En concreto, se hundió un 2,29%, hasta los 6.969,50 puntos. Esta caída reduce la ganancia mensual al 1,34% y aumenta el desplome anual hasta el 27,01%. También terminó a la baja el resto de plazas europeas: Fráncfort cedió un 0,68%; París, un 1,11%; Milán, un 1,01%; y Londres, un 0,61%. En Nueva York, el Nasdaq 100 y el S&P 500 volvieron ayer a establecer nuevos techos históricos, mientras que el Dow Jones sufría una caída del 0,80% una hora después del cierre en Europa.

Sin grandes referencias para apoyar sus decisiones, los inversores fijaron ayer su atención en la pandemia y la aceleración de los rebrotes, que tienden a ocultar la recuperación en los datos macroeconómicos, sobre todo de Estados Unidos, y los esfuerzos en política monetaria de los bancos centrales. En este sentido, la apuesta de la Fed por cambiar su tratamiento del objetivo de inflación para consolidar los avances en el mercado laboral fue bien acogida al otro lado del Atlántico, pero no tanto en Europa, donde se espera ahora que el BCE explore también medidas o posiciones no convencionales.

En el Ibex, los valores bancarios fueron vapuleados. Entre ellos, los grandes perdedores eran BBVA (-5,65%) y Santander (-5,06%). Por detrás, Bankinter, Bankia y Caixabank se dejaron más de un 3%. Tampoco escaparon del torrente de ventas los grandes valores. Así, Repsol se dejó un 4,06%; Telefónica, un 2,33%; Inditex, un 2,08%; e Iberdrola, un 1,40%. El peor del índice fue, sin embargo, IAG (-5,38%), que aumenta su desplome anual hasta el 68,98%, equivalente a 4,98 euros. Grifols (+1,02%) lideró a los cuatro ganadores.