Paulo Guido domina las aguas revueltas del río Doce, en el municipio brasileño de Governador Valadares, desde hace 31 años y este fin de semana volvió a surfear en agua dulce, en las olas que se intensifican con el caudal a rebosar. «Improvisamos una cuerda, la cual atamos a un árbol que está en la orilla del río. Sujetamos la cuerda y dejamos la tabla en la tangente, que nos lanza dentro de la ola», explica Guido a un medio local, a la vez que advierte de la peligrosidad de la corriente. 

Fotografía: Douglas MAGNO | AFP