Glamour y encanto francés parecen ir unidos. Pero no solo lo hay en París. Mucho menos cuando se trata de cócteles. Con un cóctel Negroni podemos ser seductoramente glamurosos y glamurosas en cualquier lugar de Euskal Herria. El legendario combinado es puro encanto. Como sentencia Yon Pavón, «un cóctel perfecto. Simplemente, Italia». El Negroni es un aperitivo ideal, sea antes del almuerzo o de la cena. Si alguien invita a unos amigos a casa y quiere lucirse, con un Negroni no solo triunfará sino que dará un toque aristocrático al encuentro. Y es que su creador fue el conde Negroni, que en 1919, cansado del cóctel Americano, pidió a su barman que lo alegrara sustituyendo la soda por ginebra. Con toda su aristocracia y glamour, el Negroni está al alcance de cualquiera. Para armarlo basta con mezclar en un vaso bajo y ancho, a partes iguales de 3 cl, vermú, Campari y ginebra. Removemos con una cuchara y decoramos con una piel de naranja. Se enfría con hielo grueso, no picado pues lo aguaría. Frío y con hielo, sí, pero no aguado. El alegre glamour italiano de un cóctel Negroni no se puede diluir en la tristeza de la escarcha.Gorka IKATZA