El distrito pekinés de Daxing volvió a ver caminar ayer a Confucio, pero esta vez revestido de silicona, movido por servomotores y con traje tradicional. Fue uno de los grandes protagonistas de la Conferencia Mundial de Robótica 2025, que reúne a más de 200 empresas, presenta un centenar de productos nuevos y recibe a equipos de casi 20 países. El Confucio de Yunmu Intelligent Manufacturing parpadea, mueve los labios y conversa con realismo. No es el único: cabezas robóticas reproducen decenas de expresiones, como el personaje de la película “Nezha”, buscando gestos que inspiren emociones reales. Las manos concentran la atención técnica: algunas se cierran con precisión quirúrgica en menos de un segundo; otras ofrecen fuerza y tacto, con sensores estratégicos. Su potencial incluye cirugía, prótesis inteligentes o tareas domésticas. China, que fabrica dos tercios de los robots industriales del mundo, ve la robótica como herramienta estratégica frente a retos demográficos. El impulso continuará con los Juegos Mundiales de Robots Humanoides 2025, donde medirán fuerza, agilidad y autonomía en pruebas deportivas.