El informe del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa puso ayer números a la evolución del coste de la vivienda. El precio del metro cuadrado ha alcanzado un nuevo récord en Donostia (5.869 euros) y también en Gipuzkoa (3.698 euros), unas cantidades que suponen un incremento con respecto a hace un año del 5,7% y del 6,3%, respectivamente. A pesar de la preocupación que expresan los discursos políticos y de que se han implementado algunas medidas de las muchas anunciadas, el precio de la vivienda sigue creciendo el doble de rápido que la inflación, que en el mismo periodo solo subió un 2,8%.

Además del repunte en los precios, el informe destaca que el 85% de las compraventas son viviendas usadas y solamente el 15% es vivienda nueva, lo que se traduce en una caída de las viviendas iniciadas de un 53% con respecto a hace un año. En la mayoría de los casos (82%), la vivienda se compra con una hipoteca. El endeudamiento medio alcanza los 172.899 euros, un 11% más que un año atrás. Esta cantidad supone alrededor del 63% del precio, lo que significa que la compra está asociada necesariamente con un importante ahorro previo. Con estos números, la cuota media es de 774 euros, lo que representa prácticamente el 30% del salario. Datos que en conjunto ofrecen una imagen de la magnitud del esfuerzo económico que deben realizar las familias para acceder a una vivienda. La fotografía se completa con los números sobre alquiler. El estudio señala que en el último año los contratos han caído casi un 11%, una cantidad que el informe califica de «clara tendencia descendente». La renta media en el herrialde ha sido de 880 euros y en Donostia de 1.149 euros, un 8% más que hace un año. Unos datos que revelan que en la actualidad el alquiler resulta casi un 14% más caro que una hipoteca.

El informe refuerza la convicción de que en ausencia de un parque público de vivienda, los bancos manejan el mercado. Olvidado el susto de la burbuja, ahora presionan con alquileres elevados para que la gente vuelva a comprar, pero con precios tan caros solo alcanza para viviendas de segunda mano. El país sigue sin avanzar en garantizar el derecho a vivienda.