Arnaitz GORRITI
VUELTA 2025

El entusiasmo de Pellizzari da luz a la subida quemada de una Vuelta policial

En medio de anuncios de dotaciones policiales extra para la etapa en Madrid y el aviso de los ciclistas de, en caso de incidentes, neutralizarían la etapa, la llegada a un Morredero arrasado por el fuego supuso el estreno del palmarés del italiano de Red Bull.

En un paisaje desolador por el reciente fuego, Giulio Pellizzari fue la luz.
En un paisaje desolador por el reciente fuego, Giulio Pellizzari fue la luz. (Miguel RIOPA | AFP PHOTO)

No llegó la sangre al río. Tras la histeria y el tremendismo de no pocos medios tras lo sucedido en la etapa del martes en la Vuelta, donde la causa Palestina fue la verdadera vencedora; tras el anuncio a bombo y platillo que una dotación de 1.100 miembros de la Policía Española y otros 400 de la Guardia Civil para la etapa final de Madrid; después del anuncio del propio pelotón de neutralizar la etapa en caso de que hubiera incidentes; después de que la organización de la Vuelta anunciase por la mañana que el viento impedía la ascensión al alto del Morredero, para luego desdecirse y poder encarar una ascensión espectacular por las rampas, el viento y sobre todo un paisaje abrasado por los incendios de hace un mes escaso, hubo etapa de la Vuelta.

Después de tanta sobreactuación a cuenta de lo que no es más que un evento deportivo -y que nadie olvide que el genocidio que Israel está llevando a cabo en Palestina se está produciendo exactamente igual-, la decimoséptima etapa de la Vuelta se corrió para alegría del joven Giulio Pellizzari, que a sus 21 años estrenó su palmarés y afianzó el maillot blanco de mejor joven.

En vísperas de la contrarreloj de Valladolid de hoy, ni Vingegaard ni mucho menos un Joao Almeida que llegaba con lo puesto para salvar el día se lucieron como en jornadas precedentes. En esas, el mano a mano entre el italiano del Red Bull Pellizzari y el estadounidense del Israel Matthew Riccitello se decantó en favor del transalpino, entre otros motivos por las buenas piernas del joven ciclista europeo, así como la gran labor de «secante» de su compañero de equipo Jay Hindley, que permitió a Pellizzari llegar en solitario a una cima del Morredero con poca gente y menos ambiente a cuenta del viento y el revuelo policial que empieza a tomar la ronda española, por más que no se pueda tapar el sol con un dedo.

FUERZAS ARRASADAS

Al final, los 143 kilómetros entre O Carbo de Valdeorras y el alto del Morredero, ya en El Bierzo, dejaron lo mejor para el final. Pese a ser una etapa «unipuerto», el recorrido fue de lo más quebrado.

Cierto que hubo una fuga numerosa con corredores de indiscutible nivel: Brandon Rivera (Ineos), Madis Mihkels (Education First), Antonio Tiberi (Bahrain), Harold Tejada (Astana), Joel Nicolau (Caja Rural), Patrick Gamper (Jayco), Léandre Lozouet (Arkéa), Sergio Samitier (Cofidis), Luca Van Boven (Intermarchéy), Gijs Leemreize y Timo Roosen (Picnic) y Jonas Gregaard (Lotto). Una fuga que quizá en otros momentos hubiera tenido futuro, pero que con el trabajo de los favoritos para llevarse la Vuelta, estuvo siempre bajo control.

Entre los favoritos, Felix Gall (Decathlon) fue quien más acusó el esfuerzo y el ritmo de subida, un ritmo que un movimiento de Hindley ponía a un paso más acelerado. Vingegaard, sin las exuberancias de otros días, Riccitello y Pidcock conseguían seguir la rueda del ganador del Giro de 2022 en el primer intento, mientras que Almeida y Pellizzari sufrían más para contactar con el grupo.

El jefe de filas de UAE iba siempre a cola del grupo, llegando a perder unos pocos metros en breves ocasiones, sin mostrar siquiera intención de saltar del grupo, básicamente porque bastante tenía con mantener la rueda. No obstante, el propio Vingegaard se dejó sus fuerzas, que ayer no parecían tantas, para la crono de hoy.

En esas, el duelo entre Pellizzari y Ricitello en pos de la etapa y el maillot blanco empezaba a tomar fuerza. Los dos alternaban ataques para neutralizarse después, hasta que el italiano del Red Bull abrió algo de hueco. Ahí, el norteamericano intentó tapar el agujero, pero Hindley estuvo al quite dando una lección de cómo ser gregario de lujo.

Entre las arrancadas y las paradas del pelotón, un Pellizzari muy fatigado logró una renta suficiente para poder presentarse en solitario en la meta del Morredero -también por el número de espectadores- y así estrenar su palmarés con un triunfo de nivel.

En cambio, en la pelea para la general, parece que habrá que esperar a la crono de Valladolid para ver si Almeida tiene fuerzas como para limar su desventaja de 50 segundos a Vingegaard o si el danés podrá asegurar su triunfo con relativa suficiencia.