El titular que encabeza la lupa de hoy servidora lo ha sacado de la columna del nuevo fichaje de «Libertaddigital», que se llama Javier Arias Borque y que según me cuentan en la redacción ya dio muestras de su nivel periodístico como corresponsal en el Parlamento de Gasteiz. Como habrán adivinado, titulando de esta guisa su primera pieza, el nuevo meritorio de Jiménez Losantos nos va a dar muy buenos momentos.

El tal Borque escribe sobre un tema tan relamido como la sentencia de TEDH, que «con la cooperación necesaria de los jueces españoles y la mirada hacia otro lado del Gobierno, ha convertido los aledaños de las prisiones españolas en una Pasarela Cibeles», por la que, lamenta, estarían desfilando decenas de presas y presos vascos. Dicho esto, sigue el dislate. Estén atentos porque los siguientes párrafos son de traca. Primero apunta que las prisioneras salen de la cárcel «con una sonrisa de oreja a oreja, arropados por familiares, amigos y devotos de la causa asesina, son terroristas de ETA, que como manda su siniestro protocolo no han dudado en abandonar la cárcel enarbolando la ikurriña, la bandera oficial de la comunidad autónoma vasca». Una desconoce si existe un protocolo sobre cómo salir de una prisión, pero fijo que no es ese el motivo de que algún familiar lleve a la cárcel una ikurriña.

Pero descuiden, porque ahora viene lo mejor. Lean, lean lo que escribe: «¿A nadie se le están revolviendo las tripas ante estas imágenes? ¿Ningún político vasco está dispuesto a alzar su voz para exigir que los terroristas de ETA dejen de justificar sus atroces crímenes bajo un símbolo que en la España actual representa a todos los ciudadanos vascos y a sus instituciones democráticas? ¿Hasta cuándo va a continuar su silencio?». ¿Pedirá Urkullu que las presas y presos dejen de «enarbolar» ikurriñas? ¿Le seguirán pagando a Borque por sus columnas? Quién lo sabe. Luego, tras acusar al PNV de ser «incapaz de salir en defensa de su bandera», se queja porque «tampoco ha protestado ningún dirigente de un Partido Socialista que, desde la llegada de Patxi López a la Secretaría General, se ha envuelto en la bandera vasca» e incluso a los dirigentes del PP vasco, a los que pregunta: «¿No van a decir nada ante la instrumentalización por parte de los etarras de una de las banderas que cubrió el ataúd de Loyola de Palacio?». Ese es el nivel. Ahora solo falta que Urquijo tome nota y vuelva a prohíbir la tricolor. Parece broma pero...