Resulta que Santiago Abascal, quien cada vez se parece más a Ynestrillas, también físicamente, ha salido del PP dando un portazo y poniendo verdes a casi todos sus excompañeros. Solo se salvan los de su cuerda, los Mayor Oreja, Aguirre, Aznar y compañía. Y claro, los medios que les ríen las gracias a estos ayer le hacían el juego al de Amurrio. Por ejemplo, «La Gaceta», que en su editorial se ponía tremendo y afirmaba que la marcha «supone un aldabonazo de primer orden sobre el porvenir inmediato de esa formación, por mucho que los dirigentes del PP se esfuercen en minimizarlo», y advertía: «La muy meditada carta de dimisión que Abascal ha dirigido a Rajoy y que se ha hecho pública expresa con precisión, elegancia y dolor el sentimiento que es común en una buena parte de los militantes». Y lo sabe porque les ha preguntado a todos ellos. ¿No será que ese sentimiento es común en «La Gaceta»?

Pero el opinador insistía en que «la enorme desenvoltura con la que el PP ha abandonado en la práctica sus posiciones clásicas hace que un grandísimo sector del centro y la derecha política esté desconcertado, descontento y confuso, respecto al porvenir político de España». Y servidora se pregunta a qué centro se refiere, porque en el PP hay derecha y derechona. Dicho esto, avisaba a Rajoy que «Santiago Abascal no será seguramente el único que decida iniciar su vuelo en solitario a la vista de que la nave del PP no navega hacia el puerto deseado», deseado por Abascal y «La Gaceta», claro. También señalaba que «no parece razonable que un político joven, valiente y claro tenga que desaparecer del mapa, sería un desastre que así fuera». Pues seguro que sus excompinches no opinan lo mismo. ¿Y qué va a pasar ahora? Pues según el diario de Intereconomía, «todo parece indicar que, de la misma manera que en el centro izquierda se han abierto alternativas distintas al PSOE, como UPyD o Ciudadanos, puede que se empiece abrir una oportunidad semejante en el otro lado del espectro. Nada está definitivamente atado cuando se pone en marcha la libertad de los valientes». Pues si UPyD y Ciudadanos son la alternativa del «centro izquierda», la alternativa de «centro derecha» nos la podemos imaginar... Si la tropa de Rosa Díez va de magenta, que es como llaman al rosa en Madrid, la de Abascal seguro que prefiere el color pardo.