Ayer «El Mundo» seguía con su culebrón guardiacivilero sobre «la utilización de ETA y su entorno de la educación navarra, el intento de los terroristas de infiltrarse en el modelo D de educación, que enseña solo en euskera». En euskara, qué terrible. Según decía, «varios docentes navarros han sido detenidos por su actividad en la organización terrorista». Ya, y electricistas, cooperativistas, dibujantes, futbolistas, jubiladas y jubilados... Y aseguraba que la izquierda abertzale «trata de confundir. Trata de disolver e incluso cuestionar la existencia de un informe de la Guardia Civil que pone negro sobre blanco» la mencionada «utilización de ETA» de la educación en Nafarroa, y que «a su vez, trata de presentarse como víctima, de denunciar la presión de un Estado contra ella». ¿Presión? ¡Qué va! Pero, atención, porque sostiene el plumilla que ese informe «no cuestiona ideas; lo que constata son datos». Cierto, no cuestiona ideas, las persigue directamente. Continuaba afirmando que el informe «denuncia la existencia de una fuerte presencia en el profesorado navarro de personas que o bien han sido condenadas o investigadas por ser de ETA». A esa criminalización se sumaba el diario de Pedro J. con entusiasmo, e iba más allá que la Guardia Civil. Porque el instituto militar, en su informe «no desglosa identidades concretas de docentes», pero «El Mundo», faltaría más, sí que señala a «algunas de las `figuras' más relevantes del profesorado directamente relacionado con las tramas radicales». Es lamentable, pero no causa sorpresa.

Tampoco sorprenden titulares como este referido a la puesta en libertad, años después de haber cumplido su condena, de 14 presas y presos vascos: «La AN ordena excarcelar al asesino de un niño y otros trece presos de ETA». Pero resulta, miren por dónde, que no corresponde a un diario de la derechona de allende el Ebro, sino a «Deia». Periodismo del bueno, sí señora...

Como el de ETB, que según «El País» «dedicará el próximo lunes una hora de programa a las víctimas del terrorismo». Lo hará, al parecer «como respuesta a la crítica dirigida por el PSE-EE en un anterior consejo de administración del ente público sobre la abundante información dedicada a los 30 años de los crímenes del GAL», y para compensar «la abundante información» dedicada sobre todo a la desaparición y muerte de Lasa y Zabala. Que son víctimas, pero, al parecer, lo son menos que otras. Un bonito retrato del PSE. Y de ETB.