Después de que Estrasburgo tumbara la doctrina que ha mantenido a decenas de presas y presos en la cárcel más allá de sus condenas, hay quien en las últimas semanas ha admitido que, efectivamente, ya sabían que aquello que se inventó el Supremo vulneraba leyes y acabaría siendo derogado por Europa. De lo que se trataba era de evitar las excarcelaciones todo lo posible. Pero pocos lo han puesto por escrito con la claridad del columnista de «Elconfidencialdigital» José Apezarena, que ayer comenzaba recordando que «hay que decir, para quienes no tengan memoria, que aquella operación legal, cristalizada por vez primera vez en el terrorista Henri Parot, al que se logró mantener en prisión, fue en su día permitida y tolerada por casi todos los estamentos que ahora la critican con tanto empeño, incluidos los jueces y, por supuesto, el Tribunal Supremo». Atentos a la expresión «permitir y tolerar». Sabían que era ilegal pero mientras colara... El propio Apezarena lo dice claramente en el siguiente párrafo: «hoy nadie duda de que la famosa `doctrina Parot' fue una maniobra política y judicial más que discutible». Más claro, agua. ¿Y eso no es un delito?

Una vez admitido que los jueces españoles y la clase política se han saltado sus leyes a la torera, el columnista de centro liberal explica los motivos: «a pesar del lamentable espectáculo que ahora estamos viviendo, ha tenido su efecto. Desde luego, al menos en lo que se refiere a los etarras. ¿Qué efecto? Al final no ha impedido la salida anticipada de los presos, es decir, sin cumplir la totalidad de la pena, los treinta años máximos, pero sí ha conseguido retrasar las excarcelaciones unos cuantos años. Los suficientes como para que hoy la situación sea muy distinta». Y se queda tan pancho... En el infraebro, a eso se le llama estado de derecho, y en el resto del mundo, una canallada propia de una dictadura. Apezarena se ufana de que «hoy, quedan en libertad unos personajes que tienen cinco y seis años más, muchos de ellos en los sesenta años de edad», y concluye que «la `chapuza Parot' ha tenido sus beneficios». Lo dicho, a estos demócratas de toda la vida lo de cumplir sus propias leyes les da igual. Siguen siendo unos fachas de tomo y lomo.