Ekai Center
ANÁLISIS | Políticas anti-crisis

Sobre costes laborales

Los autores sostienen que en determinados casos una empresa puede tener necesidad de utilizar la contención de costes laborales como estrategia competitiva. Pero añaden que a medio plazo solo la elevación de la productividad permitirá competir y defender el nivel de desarrollo.

EKAI Center ha venido subrayando la importancia de dar una mayor seriedad a los análisis y posicionamientos relacionados con el nivel relativo de los costes laborales en Euskal Herria. Durante las últimas semanas, una vez más, hemos asistido a una lluvia de confusos comentarios al respecto, provocados en primera instancia por una decisión de inversión de la empresa Tubacex, aparentemente motivada por unos menores costes laborales en Cantabria.

Durante años se ha estado repitiendo -o, más bien, reprochando- que los costes laborales en Euskal Herria son «un 20 por ciento superiores» a los de la media española, como si este dato, por sí mismo, tuviese algún significado. Los salarios no son altos o bajos desde una perspectiva absoluta, si no se comparan con la capacidad productiva de cada entorno.

Lo que sucede es que, si hacemos esta comparación, nos encontramos con que, efectivamente, los costes laborales son en Euskal Herria un 20% superiores a la media española pero, al contrario, nuestra producción, nuestro PIB per cápita, es un 30% superior.

En 2011, el PIB per cápita de la Comunidad Autónoma Vasca fue un 34,7% superior a la media española y el de Nafarroa un 28,6% superior.

Conclusiones similares podemos obtener si comparamos los costes laborales/hora de la CAV con los de estados europeos claves. También en 2011, el PIB per cápita en la CAV era un 7 por ciento superior al de Alemania y un 20 por ciento superior al de Francia. Y, sin embargo, los costes laborales/hora eran en estos países netamente superiores a los de Euskal Herria. Un 22 por ciento en Alemania y un 38 por ciento en Francia (según el Eustat y el Eurostat).

Esto quiere decir, por un lado, que difícilmente podemos decir que Euskal Herria ha tenido un problema de excesivos costes laborales. Ello no significa, por supuesto, que no vaya a tenerlo en el futuro. Especialmente si no somos capaces de mantener un esfuerzo productivo basado en cualificación de la mano de obra y equipamiento tecnológico.

Recordemos que la crisis nos está haciendo perder posiciones rápidamente. El PIB per cápita de la Comunidad Autónoma Vasca estaba situado en 2007 al 136% sobre la media de la Unión Europea, al 130% en 2011 y al 126% en 2012. Si hacemos la comparación con respecto a Alemania, vemos que en 2007 superábamos el PIB per cápita de este país en un 18 por ciento, que quedó reducido a un 7 por ciento en 2011 y a un 3 por ciento en 2012.

Si nos preguntamos por qué estamos perdiendo posiciones más rápidamente que otros países europeos, la respuesta puede sintetizarse en dos razones básicas. Por un lado, como consecuencia del importante peso que en nuestras ventas tiene el mercado español. Por el otro, nuestro insuficiente nivel tecnológico.

El derrumbe del mercado español significa que incluso empresas con buen producto y nivel tecnológico pueden sufrir una grave crisis mientras son capaces de reorientar sus ventas a otros mercados. Nuestro insuficiente nivel tecnológico significa que, en un contexto en el que la demanda en el conjunto de los países occidentales se resiste a despegar, la competencia con los países emergentes con bajos costes y los países avanzados con alta tecnología es cada vez más difícil y se va a convertir en una carrera contrarreloj.

En este contexto, es importante que el conflicto alrededor de los costes laborales no nos despiste de lo que debería haber sido nuestra estrategia fundamental: una elevación sistemática y acelerada de la formación profesional y el equipamiento tecnológico.

Por supuesto, ello no significa que estos análisis macroeconómicos sean aplicables necesariamente a empresas concretas. Y, por otro lado, es importante tener en cuenta que un buen posicionamiento estructural en cuanto a costes laborales no impide que, por distintas razones de competencia o de mercado, una determinada empresa, grupo o sector no tengan necesidad de utilizar la contención de costes laborales como estrategia competitiva. Sin embargo, con carácter general, serán estrategias de corto plazo, mientras se consigue un posicionamiento adecuado en el mercado. A medio plazo, solo la elevación sistemática de la productividad del trabajo nos permitirá competir y defender nuestro nivel de desarrollo.