Maite Soroa
msoroa@gara.net
PAPEREZKO LUPA

Piropos a Mandela... y a la Constitución

Como todo el mundo, o casi, una repasó ayer la prensa con tristeza. La pérdida de Nelson Mandela, no por inesperada, me ha dejado tocada, y con pena, con mucha pena. No es para menos. Grande, era grande, seguramente el más grande de todos. La lectura de los periódicos corroboró mi impresión. Todos los medios, todas las plumas, desde las fachas a las fachas más extremas coincidían en loar la trayectoria y el ejemplo de Madiba. Como botón de muestra del tono sirva este final del editorial del «Abc»: «Que su ejemplo sirva para que las generaciones futuras le sigan en su amor por la libertad, como un símbolo de la verdadera igualdad de todos los seres humanos». Y como servidora no estaba por la labor de recolectar los piropos a Mandela, muchos de manual y maniqueos, y de cargar al personal con una ristra de perlas del peloteo, centré mi atención en cómo abordaban el 35 aniversario de su sacrosanta Constitución.

Y no, ni por esas me libré de los piropos y del peloteo. Misión imposible. Más incluso que a Mandela, loaban la Constitución hasta el ridículo más absoluto. Lean, lean...

«Abc» editorializaba también sobre «la mejor Constitución de la historia», tan buena e histórica ella que solo necesita un pequeño retoque de chapa y pintura, «la equiparación del varón y la mujer en la sucesión de la Corona». A todo lo demás, leña. «Cumplir y hacer cumplir», todo se resume a eso. Y eso que es la mejor de la historia, que si llega a ser la tercera o la quinta...

Y «La Razón» no se quedaba de brazos cruzados. Con un poema de Graciano García verdaderamente espantoso y cutre a doble página que habla de un «pueblo digno y con raíz, que es llama eterna» y un fotorreportaje a seis páginas donde 35 personajes de la vida pública y de saraos varios le dedicaban otros tantos piropos. Empalagar es poco, una pieza totalmente indigerible. Y otra vez con la cantinela esa de que «es la mejor de la historia». Un poco de paz para la historia, ¡por favor!

En «El Correo», por último, una leyó un artículo de Manuel Montero que partía del problema de que «reformarla se desplaza con rapidez hacia enmendarla a la totalidad» para termi- nar, como pitoniso ante una bola de cristal que «afortunadamente tendremos Constitución para rato». Eso es lo que se cree.