OLAIZOLA - ARETXABALETA 22

URRUTIKOETXEA - BEROIZ 6

Cualquier observador externo que viera el partido de ayer en el Bizkaia pudo haber pensado que Aimar Olaizola y Andoni Aretxabaleta llevan toda la vida jugando juntos. El trabajo del delantero en defensa, quitando pelotas complicadas -dio 15 pelotazos más que su compañero-, los amagos perfectamente aprovechados por el zaguero y otra clase de automatismos que se vieron necesitan de muchas horas de vuelo juntos, pero esta vez han surgido con solo cuatro partidos -antes del Parejas solo habían coincidido una vez-, cuatro victorias, y ayer les sirvieron para pasar por encima de Urrutikoetxea-Beroiz, que en ningún momento supieron por dónde meterles mano.

Preguntado en la presentación del campeonato sobre la responsabilidad que entraña ser el escudero de Aimar Olaizola, Andoni Aretxabaleta fue rotundo al señalar que esa es una responsabilidad de las que se cogen con gusto y, desde luego, viéndole jugar ayer al de Goizueta, se entiende que todo puede ser más fácil con un compañero como él.

Porque del partido de ayer se podrían destacar los 11 tantos del delantero colorado frente a los 0 de Urrutikoetxea, pero uno se queda con todo lo que Aimar Olaizola se fajó en defensa tratando de quitar las pelotas más complicadas a su zaguero, por mucho que eso le costara algún golpe como el recibido en el dedo meñique en el 7-6, al tratar de llevar de sotamano un saque de su rival.

Pero también es de halagar la naturalidad y la solvencia con la que, a sus 21 años, Andoni Aretxabaleta ha asumido el reto de secundar a un siempre favorito como el de Goizueta. Ayer no solo acompañó, sino que terminó dominando a todo un Beroiz y, eso sí, con una pelota que adquirió excesivo vuelo, se marcó dos rebotes en el Bizkaia.

Parcial demoledor

Hubo un primer momento en el que se pensó que ese golpe podía desequilibrar el partido, y ciertamente lo hizo, pero para nada en el sentido en el que se podía intuir, ya que, con un parcial de 14-0, los colorados se fueron directamente al cartón 22.

Los azules lo probaron por la vía de las dos primeros jornadas, la de trabajar y alargar el partido, pero ese plan resulta estéril ante una pareja con tantos recursos como la formada por Olaizola II y Aretxabaleta.