Cuando Estrasburgo le dio un bofetón a Madrid y ordenó liberar a las presas y presos ilegalmente encarcelados, las descalificaciones e insultos al tribunal europeo llovieron a mares, que se lo pregunten si no al magistrado español que forma parte del mismo. Pero resulta que a los fachas encuadrados en la Marca España ya no les gusta ni su propia ley, y eso que es retrógrada hasta decir basta. Pero no les vale. No al menos a Carlos Cuesta, que titulaba su última ocurrencia en «El Mundo» de esta guisa: «Cuando lo legal es repugnante». Seguro que adivinan por dónde va el asunto... Efectivamente, el escorado opinador se refiere a la rueda de prensa que decenas de expresas y expresos dieron el sábado, y afirma que «nunca debería haberse permitido la foto de la vergüenza en Durango, un acto en el que más de 60 etarras han exigido una insultante `dignidad' como `luchadores por la libertad', sin arrepentirse de nada y justo antes de expulsar a un periodista por preguntar por las víctimas de ETA». Un periodista al que no le gusta que se den ruedas de prensa... Si no fuera algo serio sería cómico. Total, que el asalariado de Pedro J. llena el espacio en blanco como buenamente puede para acabar con la siguiente soflama: «No es momento de declaraciones. Lo es de decisiones. Y cada batalla no librada no es sino una contienda perdida. Perdida frente a quienes desafían a España y al Estado de Derecho que representa. Y ganada por aquellos que saben que la debilidad en la defensa de las ideas es su mayor victoria». Está claro que a este personaje solo le gusta la ley marcial.

Lo mismo que al editorialista de «Libertaddigital», para quien la comparecencia de Durango «es un alarde ignominioso de quienes saben que están ganando y se les permite todo. Por duro que sea y repugnante resulte oírlo no hay mejor definición de lo que está pasando». El opinador del diario de Jiménez Losantos carga contra el juez Pedraz por no prohibir el acto, y de lo dicho concluye que «las humillaciones en forma de cesión a los terroristas se suceden, siguiendo el rumbo iniciado por Zapatero que parece inalterable, una vez que este Gobierno no ha querido cambiarlo. Por ello es más que fundado el temor de las víctimas y muchos españoles decentes de que lo visto con la sentencia de Estrasburgo no es más que un primer paso hacia una amnistía total». Pobres «españoles decentes». En fin, la fachenda inicia el año como acabó el anterior. Qué pereza...