Maite SOROA
msoroa@gara.net
PAPEREZKO LUPA

El PP se hace progre

Eplena crisis del PP, esta lupa se ha acercado a un esporádico invitado, Pascual Tamburri, quien en su blog de «Elsemanaldigital», ofrecía su diagnóstico de los problemas de su (¿ex?)partido.

Según las encuestas, decía Tamburri, «ahora mismo el PP de Mariano Rajoy no ganaría con seguridad unas elecciones generales y no gobernaría España con mayoría absoluta». Y lo peor, para él, claro, «es que, junto al destino del PP y de su líder, está en juego el futuro de la nación». Aseguraba que «Hace un tiempo teníamos una esperanza clara: que en el PP, casa común, centrada en la sociedad, de la derecha española, estaban las semillas de los cambios necesarios. Bastaba que, en vez de un centroderecha a la vez acobardado y vociferante, ligado sólo al liberalismo como ideología, asumiese ser lo que su base ya es y lo que sus referentes en Europa son desde siempre: una derecha social y plural. No se hizo así, y el PP comparte ahora con la desilusión, la abstención y otras siglas los votos de la derecha que Aznar unió». Ese intento de comparar el PP con la derecha europea debe de ser un chiste. Una muestra del sentido del humor que servidora ni se imaginaba que podía anidar en el (¿ex?)pepero iruindarra. Después decía que hace siete años Pedro J. Ramírez recomendó al PP un estilo «más centrista» (al estilo de Aznar, claro), y que «Promesas `de derechas' poco o nada cumplidas llevaron a ganar las elecciones de 2011 frente a Zapatero. Y su incumplimiento ha traído desilusión y peores encuestas». Y el problema no es que el PP haya adoptado un estilo «más centrista», sino que se ha hecho «progre» a los ojos (a los que Santa Lucía debería prestar más atención) de Tamburri, y «por buenismo se termina aceptando la superioridad de los principios de los progres, y por cálculo electoral miope se renuncia a los principios propios. El riesgo es perder las elecciones y dejarse por el camino partes esenciales del programa profundo del centroderecha español». Y explicaba en qué consistía aquella esperanza perdida: «Precisamente lo contrario -firmeza desde los valores, entereza desde la moderación- estuvo en 2011 al alcance del PP para convertirse, definitivamente, en una derecha que de verdad asuste a los hijos de Zapatero. Aún están a tiempo, pero tendrán que explicar a muchos de sus votantes por qué seguir siéndolo y no irse a quienes sí ofrecen coherencia. Como Vox, y no sólo». Es decir, la derecha «social y plural» europea. Pues sí, tiene sentido del humor.