La reacción de la sociedad catalana ante la suspensión automática de la ley de consultas volvió a ser ayer masiva, contundente y sensata. Mientras el Gobierno de la Generalitat detenía la campaña institucional para la consulta convocada para el 9-N, con un inteligente movimiento de ficha que busca garantizar la seguridad jurídica de los funcionarios, la ciudadanía expresaba ante los ayuntamientos su rechazo a la decisión del Tribunal Constitucional. Un acto que representaba también el apoyo implícito al compromiso asumido por el mundo municipal con el derecho a decidir. Sociedad civil y grupos políticos catalanes, pues, mantienen una acción coordinada para asegurar la celebración de la consulta a pesar de las presiones en contra de España, cada vez más fuertes.

La nueva jornada de movilización (...) coincidió con la difusión de las previsiones presupuestarias del Gobierno para el año próximo. Como si quisieran añadir más motivos al malestar catalán, las cifras previstas por los ministros del PP convierten a Catalunya en la comunidad que más peso pierde en el conjunto de la inversión que el Estado hará lo 2015. No, no paran de crecer los motivos para dar por finiquitada la relación actual con el Estado español. Ayer, mientras Mariano Rajoy expresaba la tristeza que dice le causa la movilización soberanista, miles de personas salían nuevamente a la calle para compartir la alegría de una reivindicación que no desfallece. (...)