Situar un muro de pago entre la información y los usuarios es siempre arriesgado, y con cierto temor encararon NAIZ y GARA hace ahora un año la suscripción a parte de sus servicios en internet. Tras este periodo de tiempo, sin embargo, la experiencia, y los datos, confirman que los riesgos comienzan a convertirse en oportunidades, y la necesidad en virtud.

El cambio de modelo, lejos de mermar la influencia de NAIZ y GARA la ha fortalecido, la incidencia en internet crece cada día y NAIZ ya supera el millón de visitas mensuales. Una presencia complementada por una gran influencia en las redes sociales, que sitúa al proyecto como una de las principales, cuando no la principal, en plataformas como Facebook o Twitter. Esa tendencia ascendente de la audiencia es la clave principal del éxito de la adaptación del modelo propuesto.

En 1999, varios miles de ciudadanos y ciudadanas aportaron 1.000 millones de las antiguas pesetas para que echara a andar GARA. Un proyecto que ha crecido de manera paralela en su edición impresa y en la digital. Esta última ha sido la que ha llevado la realidad realatada a diario por este medio de comunicación más allá de Euskal Herria, la que contó el 11M o las decisiones históricas que han llevado a este país a un nuevo tiempo. Decenas de millones de noticias leídas a través de internet, decenas de millones de veces en la que la información transmitida por GARA ha llegado a medio mundo, pero financiado hasta 2013 en exclusiva por quienes han comprado cada día en el kiosco la edición impresa.

Con el cambio de modelo se ha dado un vuelco a esa realidad, convirtiendo a toda la comunidad del proyecto en sustentador, también económico, del mismo. Cabe destacar que la suscripción a los contenidos de NAIZ más que un cambio de modelo es una actualización del mismo. Un modelo que se basa en el contrato social con su propia comunidad, que necesita de recursos económicos, pero lo hace manteniendo un equilibrio constante entre viabilidad y función social, ofreciendo contenidos de pago, pero posibilitando que aquellos que no pueden afrontarlo no pierdan el acceso a la información, que siempre debe ser gratuita, tal como han repetido los máximos responsables de NAIZ y GARA durante este último año.

Apuestas de éxito... y de fracaso

El 95% de la edición impresa es de pago en el caso de GARA, pero el 95% del contenido de NAIZ es gratuito. Un equilibrio que evolucionará en ambos ámbitos, pero sin perder de vista que la viabilidad económica debe ir acompañada de la máxima de que la información es un valor social al que todo el mundo debe tener acceso libre.

La crisis que afecta a los medios de comunicación, especialmente a los impresos, está provocando un cambio profundo en estos, sobre todo en el modelo de negocio que los sustenta. Una crisis que es doble, por un lado, la creada por los estamentos financieros de manera global, y por otro, la propia, la referida al cambio de usos y costumbres en el ámbito comunicativo.

Joxe Jabier Iñigo, director de Tai Gabe, editora de NAIZ, participaba recientemente en la conferencia Librecon sobre negocio y tecnologías libres en Bilbo. En ella expuso el modelo adoptado por NAIZ y GARA para adecuarse al nuevo paradigma del sector. Una nueva situación de la que salen perjudicados, como siempre, los medios pequeños, y fortalecidos aquellos que «pueden perder dinero». Ejemplo de ello son los ingresos de publicidad, que se concentran en los grandes medios, perjudicando los de los más pequeños. Cabría añadir, en este caso, la histórica discriminación publicitaria y de recursos públicos sufrida por GARA. Consecuencia directa de la tendencia imperante es que magnates como Rupert Murdock siguen aglutinando más poder mediático o que millonarios como Jeff Bezos, jefe de Amazon, entran con fuerza en el sector.

Tendencia hacia el Paywall

El proyecto comunicativo cuyas principales referencias son NAIZ y GARA hace frente a esa doble crisis con un modelo propio, que se basa por un lado en lo de siempre, su comunidad, y añade a ello la tendencia principal por la que optan medios de comunicación de medio mundo.

El director de Tai Gabe mostró durante la conferencia de Librecon la decisión de los principales medios de comunicación estadounidense de adoptar el paywall, o el muro de pago. Según datos del Alliance for Audited Media, un 48% de los medios impresos ya han adoptado el muro de pago en sus ediciones digitales, y la mitad del resto lo hará durante los próximos 24 meses.

Existen modelos basados en un servicio gratuito y cuyos ingresos se basan en la publicidad, en el otro extremo aquellos que ofrecen todo su contenido de pago. Hay quienes sustentan su proyecto en un sistema de cuota como el adoptado por multitud de asociaciones. NAIZ combina estas formulas para garantizar que el pago responda a un servicio, que la viabilidad del proyecto comunicativo dependa, también, de la calidad de ese servicio ofertado, y que el dinero no sea óbice para que la información llegue a todas las personas.

La cuadratura del círculo

Esta combinación de pago por contenido, información de libre difusión y comunidad que sustenta el proyecto bien podría definirse como la cuadratura del círculo. Un galimatías que, datos en mano, parece que NAIZ comienza a resolver en base a su lema de creación, «tú eres el medio».

Este eslogan inundó marquesinas, calles y redes digitales; y poco a poco va tomando forma en la concreción del nuevo proyecto comunicativo. Es por ello que NAIZ ha ofrecido durante este tiempo un amplio abanico de participación en el proyecto, desde el clic diario gratuito a contenidos de pago por el simple hecho de efectuar el registro, hasta la suscripción especial para aquellos que más pueden aportar. Combinado, todo ello, con oportunidades excepcionales para jóvenes o personas con pocos recursos económicos.

Gracias a esta apuesta, el «por nuestros medios» que impera en el espíritu de GARA y NAIZ es una realidad. NAIZ sigue creciendo, abriendo nuevos espacios de servicio como el de la previsión del tiempo, apostando por nuevos ámbitos como el de la música, con la iniciativa `NAIZ kontzertuak' que ha tenido una acogida muy positiva, y construyendo puentes en su portal hacia otros proyectos comunicativos que comparten valores y objetivos.

Coincidiendo con la creación de NAIZ, los directores del medio digital y de GARA, Iñaki Altuna e Iñaki Soto, explicaban el nuevo proyecto partiendo de una cita del chileno Guillermo Culell en el que afirmaba que «al paso que vamos, cuidado si los diarios digitales no van a durar menos que los diarios impresos».

Digitales o impresos, lo que una comunidad no debería permitir es que desaparezcan sus medios, los propios. Medios, también en su acepción de recursos, que garanticen la difusión y reproducción de una realidad que tanto sudor y lagrimas ha costado, y sigue costando, construir en este país. Aquella generación que en 1977 decidió que este pueblo necesitaba medios de comunicación propios para construir la Euska Herria soñada, dotó a esta comunidad de herramientas para su construcción. Herramientas que tras 40 años, `Google'-s, `W'-s, `Twitter'-s y demás, cambian de piel, pero no de aspiración: ser el relator y fuelle de la construcción de un nuevo país, libre.