Editorial
LA JORNADA, 2015/1/8
HEMEROTEKA

Charlie Hebdo: fanatismo criminal

(...) Este brutal atentado, que ha conmocionado e indignado a Francia, a Europa y al resto del orbe, exhibe la vigencia en el mundo contemporáneo de fanatismos religiosos que desembocan en el crimen, y los niveles de saña alcanzados por el conflicto entre los gobiernos occidentales y los reductos fundamentalistas y terroristas del islam. En este contexto, no parece casual que ambos bandos seleccionen a periodistas y medios como víctimas de sus respectivas barbaries, ya sea en forma cínica, como han hecho los efectivos del Estado Islámico (EI), o de manera hipócrita, como hizo Estados Unidos en Irak al bombardear la sede de Al Jazeera en Bagdad y asesinar desde un helicóptero a un camarógrafo y a sus acompañantes, como quedó documentado en el video llamado Asesinato colateral, difundido en 2010 por Wikileaks.

Paradójicamente, la masacre de ayer en París también pone de manifiesto que la información, la crítica, el sarcasmo y el humor pueden ser poderosos para inducir al homicidio a los exponentes más extremados de la intolerancia.

Por desgracia, es posible que esta condenable agresión no signifique únicamente el homicidio de periodistas que ejercían su profesión y su derecho a la libre expresión, así fuera con irreverencia y blasfemia, ni un daño tal vez irremediable contra Charlie Hebdo. El episodio viene como anillo al dedo a los halcones de Occidente, empeñados en buscar pretextos para intensificar su intervención militar en Medio Oriente, y a los sectores xenófobos e islamofóbicos de la ultraderecha francesa, siempre ávida de argumentos para criminalizar a los ciudadanos de origen árabe o musulmán y a los migrantes del Norte de África.