Joseba VIVANCO
DESDE LA GRADA

Con perspectiva

Perspectiva. Quien me sugirió que el fútbol, como seguramente todo en esta vida, debe analizarse con perspectiva fue un cabronazo. Porque a partir de ahí te mediatiza cualquier punto de vista, cualquier análisis, cualquier comentario que tenga que ver con el hoy, con el ahora. Estos últimos días está siendo relativamente sencillo teclear gruesos titulares sobre el viacrucis del Athletic, poner a caldo perejil a este u otro jugador, dudar de su valía profesional, abrir la caza de brujas hacia el entrenador, en definitiva, dar rienda suelta al palo y tentetieso. Lo de encontrar respuestas es otra cosa. A lo sumo, tirar de evidencias cuando no de estadísticas que, como diría Juanma Lillo, son como los tangas, enseñan todo menos lo más importante. Y ahí, nadie da con el quid de la cuestión, al menos de puertas afuera del vestuario. El fútbol es fútbol, llegó a rebuscar en el argumentario futbolístico tras la derrota copera el capitán Carlos Gurpegi, recordando al `refranero de la pelota' Bujadin Boskov. Y quizá no haya que darle más vueltas. El Athletic es lo que es, para lo bueno y para lo malo. Somos muchos los que, de vez en cuando, solemos recurrir al manual de estilo de Marcelo Bielsa, la huella que dejó o que suponemos que dejó en cada jugador a los cuales hizo mejores, según palabras de ellos, y un vestuario e incluso un club necesitado de dejar de mirarse al ombligo de su singular filosofía y pensar a lo grande, oséase, usted, señor Ibai Gómez, es capaz de driblar, tirando de aquel momentazo del `Zapatones' Luis Aragonés, «al negro ese», y entiéndaseme el recurso. Y en ese exigir a los futbolistas, que algo debieron de interiorizar de aquellos dos años, y no solo futbolísticamente, sería bueno en estos momentos tan delicados recordar las cuerdas palabras de aquel `Loco' cuando sentenció lo de «no me quieran porque gané, necesito que me quieran para ganar».

Ernesto Valverde deslizó estos días que en el fondo, el Athletic, futbolísticamente, es como el Granada, el Levante, el Elche... Con luces y sombras, con años malos, otros mejores y alguno sublime. Seguramente lleva razón. Bielsa y sus locuras nos maleducaron, Valverde en su primer año también. Pero un servidor prefiere pensar que el Athletic está en un proceso de maduración, con días mejores y peores, en busca de una meta mayor. Que Iturraspe solo tiene un bajón lógico de juego tras unas temporadas buenas, lo mismo que Muniain o que otros. Que con esa perspectiva de lo que nos dieron y con la perspectiva que nos dará mirar atrás dentro de cuatro o cinco años, el análisis será otro al actual. Decía Nietzsche que «todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan». Quiero pensar que, al menos en eso, el Athletic no es como el Granada, Levante, Elche o tantos otros. El Athletic es el Athletic, como el fútbol es fútbol. Necesita que le quieran para ganar. Porque está por encima de jugadores, de pitidos, de cazas de brujas, de elecciones o de txokos. Otros serán mejores, pero Este es el nuestro. Valverde podrá o no dar con el sudoku en la mediapunta, pero lleva razón en su mensaje a la afición de que no pierda la oportunidad de animar al Athletic. Aunque solo sea porque lo miramos con perspectiva.