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Munich

El Bayern buscará la remontada ante el Real Madrid

El conjunto que dirige Guardiola asegura estar motivado para afrontar el partido de vuelta de semifinales de la Champions. El Madrid acude a Munich con la ventaja del 1-0 de la ida.

Guardiola, durante el entrenamiento de este lunes. (Christof STACHE/AFP)
Guardiola, durante el entrenamiento de este lunes. (Christof STACHE/AFP)

Parece que el Real Madrid es el favorito para lograr el pase a la final de la Champions League, o así lo parece al menos en la prensa deportiva española. Es cierto que el 1-0 de la ida otorga al conjunto blanco un pequeño colchón de cara al choque de esta noche (20.45), pero nadie podría decir aún que la final está decidida.

Así se pronunciaba ayer el propio Guardiola al respecto: «He leído ya que el Real Madrid está en la final. Nosotros no estamos con ese chip. Primero tendremos que jugar este partido».

«He aprendido del partido de ida. Quiero que seamos dominantes como en Madrid pero con mayor agresividad», dijo este lunes Guardiola en la conferencia de prensa previa al partido de hoy.

«El problema es que cuando eres demasiado agresivo puedes perder el control y abrirte al contragolpe. Tengo que reflexionar, dormir bien esta noche y hablar mañana con el equipo a ver como compaginamos las dos cosas», agregó.

Guardiola reiteró una vez más su convicción en el juego basado en la posesión de pelota como camino al éxito, pese a las críticas que ha recibido en las últimas semanas por la falta de profundidad.

«Amo tener la pelota y creo que teniendo la pelota tienes más posibilidades de tener ocasiones que el contrario. En Madrid en parte ocurrió. No soy amigo de las estadísticas pero si se miran se ve que tuvimos más la pelota, corrimos más, tuvimos más saques de esquina a favor y disparamos más a puerta», dijo.

«Sin embargo, cuando un equipo pierde todas las estadísticas y gana el partido es porque hizo las cosas bien», agregó.

Pese a la derrota en la ida, Guardiola dijo que ese partido había fortalecido sus convicciones y que no podía pedirle a sus futbolistas que jugaran un fútbol distinto al que él siente.