
«En esta fase, no vemos pruebas claras de que estuviera dirigido de forma externa», ha declarado Obama desde el Despacho Oval, aclarando que «tampoco hay pruebas directas de que formara parte de un complot más amplio», en alusión al Estado Islámico, que asumió la autoría.
«Parece que en el último momento anunció lealtad a Estado Islámico, pero no hay pruebas hasta ahora de que estuviera dirigido por ellos», ha puntualizado, tras ser informado junto al vicepresidente, Joe Biden, por el director del FBI, James Comey; el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson; el director del Centro Nacional Antiterrorista, Nicholas Rasmussen, y la vicefiscal general, Sally Yates.
El presidente ha sostenido que Mateen actuó «inspirado por información extremista diseminada en Internet» y que se está investigando dicha información «para poder tener una mejor idea del camino que recorrió el asesino para decidir lanzar este ataque».
En todo caso, ha subrayado que «queda aún mucho por saber». Así pues, ha proseguido, se trataría de «un ejemplo de extremismo surgido dentro del país»y ha defendido la necesidad de responder al reto de las «perversiones del Islam» que buscan «llegar a las mentes de personas perturbadas o débiles y hacerlas actuar».
«Así que contrarrestar esta ideología extremista es cada vez más importante que perturbar los complots orquestados desde el exterior», ha advertido Obama, que una vez más ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas.

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