Dos días después de una de las jornadas más grotescas para el PSOE y que concluyó con la dimisión de su secretario general, Pedro Sánchez, la gestora que llega para sustituirle se reúne en Madrid con un debate sobre la mesa: qué hacer ante una investidura de Mariano Rajoy. El antiguo líder de Ferraz había hecho bandera de que su marcha implicaría la abstención y permitir que el PP siga en el Gobierno español. Sus críticos mantenían la ambigüedad aunque sus aparatos mediáticos insistían en la imposibilidad de construir un Ejecutivo alternativo con Unidos Podemos, lo que implicaba una abstención o terceras elecciones. La decisión está ahora sobre la mesa del órgano que se reúne hoy por primera vez en Ferraz. Javier Fernández, presidente de Asturias, encabeza una gestora que pilotará de forma interina la formación hasta que se celebre un congreso extraordinario.

El lema en el que han insistido los antaño críticos y actualmente fuerza principal del PSOE es que primero hay que abordar el bloqueo político del Estado y, posteriormente, la crisis en la que se encuentra sometido el partido. Esto implica que el gran debate sobre la mesa es si abstenerse para permitir que el PP siga en el poder y confiar maniobras retóricas para presentarse como «oposición responsable». Algo similar a lo que el PSN hizo con UPN en 2007 y que desembocó, primero, en la entrada de Roberto Jiménez en el Ejecutivo de Yolanda Barcina y, posteriormente, en la pérdida de apoyos electorales hasta el punto de convertirse en una fuerza irrelevante. La posición de la nueva dirección está en la línea de lo que planteaba ayer “El País”, que ha ejercido un papel clave en el asedio contra Sánchez: no hay posibilidad de formar Gobierno alternativo, así que toca permitir que gobierne el PP de la forma menos lesiva para los intereses del PSOE.

El problema al que puede enfrentarse Ferraz es que el rival también opera. Y en Génova se han dado cuenta de que ellos serían los únicos beneficiarios de unas terceras elecciones. Así que pueden tomar una posición negociadora de absoluta superioridad. Según publicaba el domingo “El Mundo”, Rajoy no se iba a contentar con una abstención que le dejase en minoría en el Congreso. Quiere dar un paso más y exigir garantías de gobernabilidad. En la práctica, esto implicaría exigir que el PSOE no solo le permita gobernar, sino que se comprometa en la siguiente votación clave, los presupuestos. De este modo, el PP lograría que el PSOE se hiciese corresponsable de los recortes impuestos por Bruselas y que, aunque están congelados debido a la falta de Gobierno, llegarán en el momento en el que el Ejecutivo esté en marcha.

Futuro congreso

El plazo para la actual dirección del PSOE es el 31 de octubre, que es la fecha límite para que se convoquen nuevas elecciones. Aunque Sánchez intentó ubicar el debate en términos de «o él o el PP», es cierto que incluso entre los críticos hay dudas. La lógica dice que la gestora intentará permitir la gobernabilidad y, acto seguido, centrarse en la reconstrucción de un partido completamente roto. Habrá que ver qué dicen sus integrantes hoy, cuando se reúnan por primera vez en Ferraz. No se puede pasar por alto que, a pesar de que los contrarios a Sánchez se impusieron en el Comité Federal, la idea del «no es no» también tiene predicamento en las filas de Ferraz.

En principio, hoy está previsto que se convoque un nuevo Comité Federal en el que se retome la discusión, tanto de cara a la investidura como para comenzar a preparar el proceso interno. No se puede obviar que la ruptura que se registró el sábado está todavía muy presente. Únicamente han trascendido detalles, pero todas las fuentes coinciden en que lo ocurrido en el interior de Ferraz durante el Comité Federal marcará un antes y un después.

Todavía queda otra duda. ¿Se presentará Pedro Sánchez a unas futuras primarias por la Secretaría General? El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, así lo afirmó ayer, en una entrevista en La Sexta. Aparecer como la víctima de un complot del «establishment» podría darle el favor de las bases y añadir todavía más incertidumbre en un partido roto.

PSE y PSN, cuyas direcciones eran afines a Sánchez, quedan fuera del órgano directivo

Las direcciones de PSE y PSN, las dos federaciones que actúan en Hego Euskal Herria, han quedado fuera de la gestora que pilotará la renovación del PSOE. No es una sorpresa. Ambos equipos se habían mantenido fieles a Pedro Sánchez, por lo que resulta lógico que el órgano que pilotará el partido hasta la celebración de un congreso extraordinario deje fuera a los afines al anterior secretario general. Según trascendió, el único que tuvo la posibilidad de ser incluido en la gestora presidida por Javier Fernández fue Patxi López, exlehendakari y antiguo presidente del Congreso. Se da la paradoja de que dos de las federaciones con más tradición de pactar con PP o UPN (López fue lehendakari con los votos de Génova, mientras que el exsecretario general del PSN, Roberto Jiménez, ejerció como vicepresidente en el Ejecutivo de Yolanda Barcina) se han alineado en este caso con la facción que, en principio, se mostraba más reacia a pactar con la derecha.

Además de Fernández, la gestora está compuesta por nueve vocales, entre los que destaca el portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, Mario Jiménez, que es uno de los principales hombres de confianza de la presidenta de la Junta, Susana Díaz. La federación andaluza ha situado a una segunda integrante en la gestora, la diputada por Córdoba y exconsejera de la Junta María Jesús Serrano.

Extremadura (que también se ha mostrado crítica con Sánchez) cuenta con dos representantes: Ascensión Godoy y Soraya Vega. El resto de vocales son José Enrique Muñoz Lladró (País Valencià); Dolores Padrón (Canarias); Francesc Antich (Balears); Francisco Ocón (La Rioja) y Ricardo Cortés (Cantabria). Estas tres últimas federaciones son las más próximas al sector que ha apoyado a Sánchez.

La gestora desarrollará las funciones ejecutivas tras la dimisión del secretario general y de los integrantes que quedaban en la dirección hasta un congreso extraordinario.GARA