Mertxe AIZPURUA

El Foro del Habitat alerta de la expansión urbana mundial

Quito, capital de Ecuador, acoge estos días un cónclave urbano que Naciones Unidas realiza cada dos décadas. Se trata de Habitat III, la conferencia mundial sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible, en la que se debate la agenda urbana para los próximos veinte años. La alerta ya está lanzada: el 55% de la población mundial vive ahora en las ciudades –un porcentaje que sube al 80% en el caso de Latinoamérica– y la tendencia al alza va a continuar.

Son 140 delegaciones de diferente países del mundo, 70 de las cuales incluyen a secretarios de Estado y una decena encabezadas por presidentes, los que se han dado cita en la capital ecuatoriana de Quito para participar en la Conferencia de la ONU. La importancia del desarrollo sostenible y la mejora de la planificación urbana son los dos ejes fundamentales sobre los que giran las ponencias e intervenciones. A su clausura, prevista para hoy, la cumbre debería establecer medidas que garanticen un giro a las políticas actuales de urbanización, porque el diagnóstico ya está realizado.

Cuando la Organización de las Naciones Unidas redactó su informe sobre lo que denomina «el dramático cambio hacia la vida urbana», pretendió trazar un retrato equilibrado de las oportunidades y los retos que genera el hecho de que el 50% de la población del planeta viva en zonas urbanas. Un equilibrio que claramente ha quedado roto. Mientras que el surgimiento de las ciudades en los últimos veinte años se presentaba como plataforma económica para la producción y la innovación, algo que ayudaría a millones de personas a escapar de la pobreza con mejores empleos  y calidad de vida, la urbanización masiva también ha sido causa de superpoblación, profundización de las desigualdades y una andanada de problemas ambientales y sanitarios, según el mismo informe de la ONU. «Una urbanización mal planificada –indica– podría generar desorden económico, congestionamiento, contaminación y disturbios civiles».

Aunque prevé que dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades en 2030 y producirán hasta el 80 por ciento del producto interno bruto mundial, el informe demuestra que el modelo de urbanización actual es «insostenible» en muchos aspectos.

En el informe base de la convención de Habitat III, se destaca que el patrón de urbanización tiene que cambiar para responder mejor a los desafíos de nuestro tiempo, desafíos que sitúa en «la desigualdad, el cambio climático, la inseguridad y las formas no sostenibles de expansión urbana».

En los veinte años transcurridos desde la Conferencia Habitat II, el mundo ha presenciado la concentración de su población en zonas urbanas. «Esto ha ido acompañado de un crecimiento socioeconómico en muchos casos. Pero el paisaje urbano está cambiando y, con él, la urgente necesidad de un enfoque coherente y realista sobre la urbanización», declaró el director ejecutivo de ONU-Habitat, Joan Clos, en la ceremonia inaugural del evento.

A medida que la población urbana aumenta, la superficie ocupada por las ciudades crece a un ritmo mayor. Se proyecta que, para el año 2030, la población urbana de los países en desarrollo se duplicará, mientras que el territorio abarcado por las ciudades podría triplicarse.

«Esta expansión urbana es un desperdicio en términos de consumo de tierra y energía y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero. El centro urbano de la gravedad –al menos para las megaciudades– se ha desplazado a las regiones en vías de desarrollo», según ONU-Habitat.

Crecimiento imparable

En 1995 había 22 grandes ciudades y 14 megaciudades a nivel mundial. En 2015, las cifras para las dos categorías de ciudades se habían duplicado, con un 22, o 79 por ciento, de las grandes ciudades situadas en África, América Latina y Asia.

Los centros de mayor crecimiento son las ciudades medianas y pequeñas con menos de un millón de habitantes, que representan el 59% de la población urbana del planeta.

El informe reconoce que la urbanización ofrece una gran oportunidad para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero advierte que, si bien en algunas ciudades se está dando lo que en Nueva York se conoció como «renacimiento urbano», en la mayor parte del mundo ese no es el caso en absoluto.

Fracaso espectacular

De hecho, el informe constata que el fracaso de la política urbana ha sido «espectacular» en su visibilidad y «devastadora» en sus consecuencias para hombres, mujeres y la infancia en muchas ciudades. Son demasiados habitantes los que tienen viviendas de mala calidad, sin los servicios de infraestructura adecuados como agua, saneamiento y electricidad, y sin empleo estable, fuentes fiables de ingresos, servicios sociales o perspectivas de movilidad social. «La prosperidad –indica gráficamente el informe– se describía como una marea que elevaba a todas las embarcaciones, pero la impresión actual es que la prosperidad solo eleva a los yates».

Simultáneamente, también en Quito se celebra estos días otra conferencia alternativa. Sus representantes quisieron acudir en manifestación al lugar donde se inauguraba el martes el Congreso de la ONU, hecho que fue impedido por un contingente de policías.

Los congregados, todos ellos activistas de grupos sociales que celebran la asamblea paralela, querían entregar al secretario general de Habitat III y ex alcalde de Barcelona Joan Clos una misiva en la que proponen una mayor discusión sobre temas que, denuncian, no figuran en la agenda de debates de la conferencia, como el problema de los desalojos, las personas «sin techo» o indigentes, el derecho al agua potable y la propiedad colectiva del suelo.

En la conferencia paralela, denominada «Resistencia a Habitat III» participan activistas ecuatorianos, sobre todo de comunidades indígenas, así como de otros países americanos, como Brasil, Colombia, Estados Unidos, y de Europa.

Reclamación de las ciudades

La conferencia de Quito ha sido aprovechada por alcaldes y alcaldesas de diferentes ciudades del planeta para reclamar poder de decisión para las ciudades. En un encuentro previo a Hábitat III, exigieron que la toma de decisiones sobre el futuro de las ciudades se base en las necesidades de los ayuntamientos para, a su vez, poder atender a las necesidades de la ciudadanía, un planteamiento que recibió incluso el apoyo explícito del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

El encuentro de los alcaldes planteó la reivindicación de que se incluya a este sector en un debate que tiene como centro al futuro urbano. A su juicio, la necesidad de avanzar en la construcción de ciudades incluyentes, seguras y resilientes, como proponen los objetivos fijados, requiere de mayores niveles de autonomía, descentralización y una adecuada financiación que llegue directamente a las ciudades, sin que los Estados actúen como intermediarios.