Beñat Zaldua

Radiografía del fango mediático

Apenas no había pasado una hora desde que una furgoneta conducida por Younes Abouyaaquob había arrollado a decenas de personas en La Rambla de Barcelona cuando el director de “El Periódico” anunciaba por Twitter una «EXCLUSIVA: La CIA avanzó hace dos meses a los Mossos que la Rambla era objetivo del yihadismo». Y punto. Al parecer, los Mossos d’Esquadra, que no están en la Europol, tienen contacto directo con la CIA, que puentea a las FSE.

A la mañana siguiente “El País” deleitó a sus menguantes lectores con un editorial en el que conminaba a volver «a la realidad» a las autoridades catalanas. Puigdemont, Junqueras y Colau comparecieron rápidamente, mientras que Rajoy no apareció hasta medianoche, pero no importa. Como tampoco importa que el presidente español no realizase una comparecencia digna de tal nombre hasta ayer. En el mismo periódico, Lluís Bassets daba rienda suelta a la bilis acumulada relacionando directamente la campaña «de tintes xenófobos» contra el turismo masivo de Arran y el ataque de La Rambla.

Un día más tarde, el diario de Prisa se sacaba de la chistera un titular según el cual «Puigdemont asegura que mantiene inalterable su plan para la independencia», acompañado de un dibujo –que no chiste– de Peridis sobre el tema. El mismo día se demostró que se trataba de unas declaraciones manipuladas. El president había insistido precisamente en no hablar del procés en los días siguientes a los sucesos de Barcelona y Cambrils. Un día más tarde, “El Mundo” insistía en que «La Generalitat utiliza el atentado para hacer campaña del ‘procés’». Como todos saben, los terroristas no deben alterar la agenda política de las instituciones, a no ser que la agenda no sea de nuestro agrado.

Los Mossos se convirtieron a continuación en el blanco de la caverna mediática, empeñada en arrojar la sombra de la duda sobre una actuación aplaudida a diestra y siniestra. «La policía belga se dirigió a los Mossos para advertir del imam» y «La juez alertó a los Mossos de que las bombonas podían ser para un atentado» son algunos de los titulares que diarios como “El Mundo” o “ABC” han llevado a sus portadas a lo largo de la semana.

Por su parte, “El País” insistió en su obsesión con la CUP, a la que acusó de romper «la unidad de los partidos contra el terror» por criticar la presencia de Felipe de Borbón en la manifestación de hoy. Una noticia que acompañaba con un infame editorial cuyo titular habla por si mismo: «Frenar a la CUP». «Junts pel Sí debe rechazar a quien le convierte en rehén del extremismo», añadía la pieza.

También intentó meter la cuchara “La Vanguardia”, pero en este caso no entre socios independentistas, sino entre las dos principales instituciones catalanas responsables de la gestión de los ataques: Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, cuyos responsables, Carles Puigdemont y Ada Colau, han mostrado sintonía a lo largo de la última semana. «Colau culpa al Govern por la falta de protecciones en La Rambla», fue el titular rápidamente caducado por falta de correspondencia con la realidad.

A su vez, “ABC” abrió una nueva vía para azotar a los catalanes y, de paso, poner en solfa el maltrecho estado de derecho. El diario monárquico por excelencia destacó que el concejal de Barcelona en Comú Jaume Asens y el diputado de la CUP Benet Salellas defendieron como abogados a dos acusados de yihadismo.

Sin olvidar honrosas excepciones como las de “Público” o “Eldiario.es”, la cobertura de los medios españoles ha chocado frontalmente con las lecturas realizadas por la prensa internacional. Van tres ejemplos de destacadas cabeceras de Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos. “Frankfurter Allgemeine”: «Catalunya sola ha acabado con el peligro, prácticamente como un Estado independiente». “The Guardian”: «La respuesta de Catalunya al terror demuestra que está preparada para la independencia». “Wall Street Journal”: «Catalunya puede gobernarse al margen de España».