Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La solidaridad entre la gente excluida de la gran urbe surge de forma natural

La actriz parisina Catherine Frot cumple el primero de mayo los 65 años de edad en su mejor momento. (NAIZ)
La actriz parisina Catherine Frot cumple el primero de mayo los 65 años de edad en su mejor momento. (NAIZ)

BAJO LAS ESTRELLAS DE PARÍS Estado francés. 2020. 86’ Tit. Orig.: ‘Sous les étoiles de Paris’. Dtor.: Claus Drexel. Guion: Claus Drexel y Olivier Brunhes. Prod.: Etienne Comar y Didar Domehri. Int.: Catherine Frot, Mahamodou Yaffa, Jean-Henri Compère, Dominique Frot. Fot.: Philippe Guilbert. Mús.: Valentin Hadjadj. Mont.: Anne Souriau

La ópera prima de Claus Drexel ‘Affaire de famille’ (2008) pasó bastante inadvertida, por lo que a continuación se refugió en el género documental sociopolitico con ‘Au bord du monde’ (2013), sobre la gente sin hogar, y ‘America’ (2017), sobre las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Ahora vuelve a la ficción con ‘Sous les étoiles de París’ (2020), con un segundo largometraje que se nutre de la experiencia de su primer largometraje documental, en el que pudo conocer de primera mano a las personas indigentes que viven en las calles de las grandes urbes, donde surge de forma natural la solidaridad, bien por la necesidad compartida, pero también por la filosofía existencial de seres que han hecho de la renuncia a lo material su día a día.

La segunda ficción dramática de Drexel está muy influenciada por el clásico de Renoir ‘Boudu salvado de las aguas’ (1932), que ha quedado como referencia emblemática de la definición del ‘clochard’, de la persona vagabunda que vive en las riberas del Sena y que a pesar del paso del tiempo no ha perdido su romanticismo. Y así es el personaje interpretado por la veterana actriz Catherine Frot, en cuanto mujer que sabe lo dura que es la supervivencia a la intemperie, pero que también tiene la suficiente sensibilidad para ponerse en el lugar de los demás.

Por eso al principio Christine expresa su rechazo hacia el pequeño Suli (Mohamadou Yaffa), porque acogerlo para ella supondría una doble carga dentro de sus ya empobrecidas circunstancias. Pero, poco a poco, va cogiendo cariño al niño africano perdido y le acompaña en su odisea urbana a la búsqueda de su madre, una inmigrante ilegal condenada a la expulsión. Es ahí el momento en el que la película cobra su dimensión social, mediante el reflejo de las pequeñas y grandes tragedias humanas que genera el fenómeno de la inmigración desde África.